Lorena ha denunciado a Javier, propietario de una empresa especializada en crear coartadas para infieles. Lorena asegura que Javier es cómplice de su marido y, por tanto, responsable de la ruptura de su matrimonio. Lorena quiere que Javier le pague 6.000 euros por reactivar una cuenta que ella y su todavía marido utilizaban cuando ambos eran amantes y usaban la empresa de Javier para engañar a la anterior esposa. Es por esto que Javier no entiende por qué Lorena le denuncia. Él sólo ofreció un servicio a un cliente, el marido de Lorena. Ricardo Sanz y Esther Jaén se enfrentan defendiendo arduos interrogatorios a ambas partes.