Los padres de Antonio estuvieron 17 meses acampados en la Plaza de Jacinto Benavente en Madrid y consiguieron que se retirara todo el proceso judicial de Tribunal Supremo, que le obligaba a pagar a ellos unos 400.000€. Finalmente, por recomendación de los médicos aceptaron una indemnización de un millón de euros. El padre explica que ellos no querían dinero, querían que se hiciera justicia.