Crisis, crisis y más crisis, ¿nos merecemos un respiro? Parece ser que los ayuntamientos de toda España así lo creen porque ninguno de ellos, en lo que va de año, ha suspendido ninguna de sus fiestas populares. Eloy, representando a muchos de sus vecinos, acude a ‘De buena ley’ porque no está dispuesto a que en su pueblo se celebren las fiestas este año ya que los 20.000 euros que cuestan se deben invertir en cosas más prioritarias como en formar a los parados de la localidad, que son casi todos, para encontrar un trabajo. La alcaldesa del pueblo, Elena, se niega en rotundo a la propuesta que abandera Eloy. Ella mantiene que las fiestas del pueblo, además de servir de desahogo de penas, crean puestos de trabajo, atraen a turistas y con ellos nuevos ingresos. ¿Habrá fiestas este año en el pueblo de Eloy y Elena o se suspenderán para poder invertir los 20.000 euros en los vecinos parados?