Marta es de las españolas afortunadas que tiene un puesto de trabajo, pero ella está viviendo en sus propias carnes los recortes que su empresa está haciendo. Primero despidieron a varios trabajadores, luego les bajaron el sueldo un 15 % y ahora su jefe les ha pedido trabajar dos horas más al día. Ella se ha negado y por eso viene a ‘De buena Ley’, para que la ley le ayude a frenar la explotación laboral que su jefe pretende imponerle. Carlos, el jefe, asegura que ningún trabajador, excepto Marta, se ha quejado de los cambios impuestos. En estos tiempos de crisis, dice Carlos, todos tenemos que arrimar el hombro y sacrificarnos para sacar adelante las empresas y no quedarnos sin trabajo. Marta asegura que el resto de sus compañeros no hablan ni se quejan por miedo a perder sus puestos de trabajo.