En España, las empresa que tienen más de 50 trabajadores están obligadas a contratar a personas con alguna minusvalía, una manera de integrarles en la sociedad. Pero, en tiempos de despidos masivos, hay personas, como Irene, que se plantean que esa discriminación positiva no es justa. Irene, madre de dos hijos, ha sido despedida de la empresa que dirige Mamen, quedándose Javier, un compañero minusválido, que entró después de Irene. Irene lo ve injusto, pues el criterio principal para despedir a un tercio de los trabajadores de Mamen fue la antigüedad.