Dulce Delapiedra ha regresado a la televisión y lo ha hecho en el plato de '¡De viernes!'. La que fuera "mano derecha de Isabel Pantoja" ha ofrecido un desgarrador relato sobre sus muchos años en Cantora en compañía de la cantante, detalles hasta ahora desconocidos sobre su relación con la tonadillera, una relación que hoy por hoy se encuentra completamente rota.
Ya sabíamos que el apoyo que ofreció Dulce a Isa Pantoja durante su embarazo fue uno de los motivos que propiciaron su distanciamiento con Isabel Pantoja, pero esta noche hemos descubierto que aquellos meses en Cantora fueron un infierno no solo para Isa Pantoja, si no también para Dulce.
La niñera sufría tremendamente viendo cómo en esa casa "se trataba mal a la niña, con desprecio", algo que ocurría cada vez que Isabel Pantoja salía de gira y se quedaban solas con los Pantoja: "En una ocasión mi niña llegó a pedirle a su madre que por favor no se fuese más porque cada vez que se iba los demás la trataban mal".
A Dulce se le ha roto la voz al recordar cómo trataron a Isa durante el tiempo que transcurrió entre los 16 y los 18 años de la joven, una etapa que fue especialmente dura y que aún recuerda con mucho dolor:
"La familia no la quería, pero todo empeoró cuando mi niña conoció a un chico, y eso es de ser muy machista. Su hermano tuvo millones de novias que dormían en la casa, pero que lo hiciera ella no lo entendieron, eso era demasiado para ellos. Es verdad que le daban comida caducada a Isa cuando estaba embarazada. Durante el embarazo nos quedamos allí las dos encerradas, yo cuidé a mi niña durante su embarazo y después a su hijo muchos años, yo he criado también a ese niño. Quiero dejar claro que yo les he cuidado sin cobrar ni un duro, que ellos han dicho que yo les cuidaba porque me pagaban y eso es completamente mentira".
A Dulce aún se le rompe la voz al recordar los años que pasó en Cantora junto a Isabel Pantoja. Pese a que durante mucho tiempo la cantante fue para ella "la persona más importante de su vida", lo cierto es que, tal y como ella misma ha reconocido, "del amor al odio solo hay un paso".
La niñera cree que las décadas que pasó en compañía de la tonadillera fueron años perdidos en los que se dedicó exclusivamente a atender las necesidades de la que por entonces era su ídolo y que más tarde se ha convertido en su peor pesadilla:
"Cuando yo me marché de Cantora me liberé físicamente pero mentalmente no, reconozco que la odio, yo la quise mucho, muchísimo, pero aunque sea triste del amor al odio hay un paso. Esa mujer me ha hecho mucho daño, demasiado".