La montaña más alta de España proyecta su imponente sombra en el mar, que reproduce la silueta del pico del volcán y va creciendo progresivamente a medida que cambia la altura del sol, ya sea al amanecer o al atardecer. Por la mañana, podremos disfrutar de la sombra proyectada hacia la isla de La Gomera, mientras que por la tarde se extiende hacia Gran Canaria.
Una sombra inquietante, limpia, bien dibujada, en forma de un triángulo perfecto que incluso ha llamado la atención de la NASA. Y es que, si bien el Teide no tiene forma de triángulo perfecto, pues su cráter es irregular y no existe ningún pico, la sombra sí lo es, lo que constituye una estampa inquietante que desafía a la razón. Hay pocas experiencias, pues, comparables a encontrarnos en lo alto del cráter del Teide, comprobando en primera persona que, efectivamente, no acaba en pico y su cima es irregular, mientras contemplamos a su vez con nuestros propios ojos que la sombra que proyecta es un hermoso triángulo perfecto, tan bien dibujado que nos hará poner en duda lo que vemos o el lugar en el que nos encontramos.
“Incluso si el enorme volcán fuese un cubo perfecto y la sombra resultante fuera una caja rectangular larga, esa caja parecería disminuir en su parte superior a medida que su sombra se extendiese hasta la distancia, al igual que las vías paralelas del tren”, señalan desde Astronomy Picture of the Day para explicar este fenómeno de espectacular belleza que sigue impresionando día tras día a los viajeros que visitan la isla y alcanzan la cima del Teide.
Con o sin explicación científica, lo cierto es que la perspectiva de la sombra del Teide desde el cráter es un espectáculo que vale la pena, aunque implique madrugar si optamos por verlo al amanecer. Si escogemos la opción matutina, lo más recomendable es dormir en el Refugio –hay que reservar previamente–, levantarnos hacia las 05:00 o 5:30 horas y subir hasta la cima para poder contemplar el espectáculo en todo su esplendor.
También se puede llegar al atardecer y, si el día está claro, ver cómo poco a poco la sombra del Teide se extiende hasta Gran Canaria. La imagen es especialmente bella en los días de luna llena, pues en algún momento se puede vislumbrar cómo el pico de la sombra del Teide se alinea con la Luna. Si optamos por subir al atardecer, debemos hacerlo bien equipados con linternas.
Si no nos apetece equiparnos con ropa de montaña y subir a pie, y mucho menos pernoctar en el Refugio, existe otra posibilidad para alcanzar la cima del Teide y contemplar la sombra, ya que se ofrecen visitas guiadas prácticamente para todo tipo de grupos y necesidades. Así pues, podremos tomar el teleférico por nuestra cuenta o contratar una de las numerosas excursiones que nos llevarán, de una forma u otra, hasta la sombra del Teide.
Largos paseos guiados que nos permitirán descubrir de primera mano los recovecos de esta montaña mágica, excursiones en grupo en teleférico, otras que combinan el teleférico y el paseo, e incluso complejos ascensos guiados de nueve horas a pie, son algunas de las opciones que podremos valorar. Otras propuestas consisten en una cena en el Restaurante Teleférico del Teide, elaborada con productos de agricultores locales, para disfrutar de los sabores de las Islas Canarias al tiempo que contemplamos una de sus estampas más valoradas tanto por residentes como por viajeros.
También existen actividades basadas en la observación astronómica desde la estación base del teleférico que harán las delicias de los amantes de la astronomía, quienes podrán ver mejor que nunca y de cerca uno de los cielos más hermosos del planeta. De hecho, Tenerife y La Palma se consideran de los mejores lugares del mundo para la observación del universo.
Así pues, lo mejor es considerar las diversas opciones que nos llevan al pico del Teide, ya sea a pie, en teleférico, combinadas, privadas, en grupo o por nuestra cuenta, apuntarnos a la que más nos guste y preparar la cámara de fotos para inmortalizar ese regalo mágico que la naturaleza brinda día tras día a todo aquel que quiera disfrutarlo.