En el episodio, Calleigh y Ryan acuden a una casa abandonada a raíz de la llamada telefónica de un vecino alertando de un fuerte olor. Cuando llegan al inmueble, suben al ático, donde hallan el cadáver putrefacto de Donald Phelps. Los forenses procesan el escenario cuando oyen ruidos en el piso de abajo. Varios agujeros de bala perforan el suelo del ático mientras la cocina se incendia repentinamente, situación que obliga a los forenses a abandonar la casa precipitadamente llevando consigo el cuerpo de Phelps.
Tras realizar la autopsia, la doctora Price descubre que la víctima murió de un disparo producido el día anterior y que ocultaba su drogadicción inyectándose heroína entre los dedos. Poco después, Duquesne y Delko interrogan a Colin Astor tras hallar restos de su piel bajo las uñas de Donald. Calleigh se desmaya debido a la inhalación de humo y es trasladada al hospital, donde se reencuentra con Alexx Woods, ex-forense del C.S.I.
Cuando el estado de salud de Duquesne empeora en el quirófano, Alexx interviene salvándole la vida. Mientras tanto, Ryan descubre que las balas con las que Calleigh y él fueron disparados coinciden con las de un arma perteneciente a Ricky Gannon. Horatio y Ryan interrogan a Ricky, que admite que utilizaba la casa abandonada para cerrar diversos negocios vinculados con el narcotráfico.