En el episodio, Raymond Langston y el equipo de forenses investigan el brutal asesinato de una familia al completo, suceso que les lleva a centrar sus pesquisas en el inmueble colindante al del clan fallecido. Tras examinar el lugar, los investigadores descubren en su interior un sofisticado instrumental médico y creen que en dicha vivienda reside el Dr. Jekyll, un despiadado asesino en serie que aterroriza la ciudad con sus impecables crímenes.
Posteriormente, los forenses localizan al propietario de la vivienda en la casa de su madre. Fuera de sí y con evidentes signos de locura tras matar a sus padres, el sospechoso muere repentinamente. Los resultados de la autopsia revelan que el hombre no es el Dr. Jekyll, sino un proveedor que le suministraba el material quirúrgico.