Las investigaciones demuestran que se trataba de un operario que estaba trabajando en el alcantarillado con el mecanismo de control de inundaciones, que se cayó y fue arrastrado por la corriente hasta morir.
Sin embargo, durante las investigaciones el equipo descubre que alguien más ha muerto por el número de huesos encontrados. Todos los agentes comienzan a buscar al sujeto que ha arrojado los huesos por algún sanitario o desagüe. El doctor Robbins comprueba que los huesos pertenecen a un adolescente y buscan entre todos los expedientes de chicos desaparecidos y en el vecindario donde presumiblemente se produjo el vertido.
Sara y Warrick se dirigen a la casa del matón del barrio, Owen Durban, que vive justo detrás de la cloaca donde fue encontrado el cadáver. La familia se muestra reticente a cooperar y cuando el equipo inspecciona la casa encuentra rastros de sangre.
Por su parte Greg, que falló en su primer examen de competencia, obtiene una segunda oportunidad de Grissom mediante su primera autopsia.