En el primer episodio , en su primera jornada de trabajo en el C.S.I., Raymond Langston acompaña a Nick a examinar una vivienda tras la denuncia de un robo. Con la ayuda de Stokes, el patólogo criminal aprende a procesar y recoger huellas del escenario. Tras concluir su labor en el inmueble, se produce una fuerte explosión en las inmediaciones de la casa. Los forenses acuden al lugar, donde se reúnen con Brass y descubren el cuerpo carbonizado de un hombre, que resulta ser el propietario de un gimnasio. Tras efectuar la autopsia, los investigadores descubren que la víctima fue asesinada antes de que la explosión le alcanzara, por lo que deciden ahondar en su entorno familiar y laboral.
Y en el segundo capítulo , cuando Bill Ray Hatford, un efectivo del F.B.I., es brutalmente asesinado en el baño de caballeros de una gasolinera, el C.S.I. interroga a los compañeros de la víctima, los agentes Emma Stanley y Miles Bechman, para intentar descubrir la identidad del asesino. Stanley y Bechman explican a Nick y a Riley que estaban llevando a cabo una operación encubierta en la ciudad con el fin de desarticular una importante red de prostitución. Tras constatar que Hatford se encargaba de contactar con las prostitutas y los proxenetas, los forenses reclaman a los agentes federales las grabaciones de los distintos encuentros de la víctima.