En el episodio, Ricky Moore encuentra el cadáver de un hombre en una zona de construcción, en el mismo lugar en el que él fue enterrado poco antes mientras estaba cavando. La doctora Price descubre que la víctima recibió un disparo y fue colocada en una caja aún con vida. Tras conocer estos detalles, el sargento Tripp observa la coincidencia de este caso con el que un informador anónimo describió a la organización Crimestoppers en Hialeah. La patóloga forense constata que el fallecido, Michael Olvera, llevaba un marcapasos para controlar sus problemas de arritmia.
Delko y Horatio acuden a la casa de la víctima, donde interrogan a Freddie Granada, un adolescente problemático a quien el reverendo Olvera logró apartar de una banda callejera. Su iniciativa encolerizó a varios miembros del grupo, quienes amenazaron a Michael. Tras examinar el exterior de la vivienda, los forenses encuentran dos grafittis en una pared con las inscripciones 'Cráneos Rifa' y 'ZAR'.
Posteriormente, Tripp recibe en la oficina del C.S.I. a Yolanda Ramos, una informadora que desea colaborar con la investigación a cambio de 1.000 dólares. La mujer lleva a los forenses al lugar exacto en el que se cometió el asesinato, donde Calleigh halla una bala que coincide con otra utilizada por el anterior líder de 'Los Cráneos', Héctor Salazar, que fue encarcelado hace 10 años y puesto en libertad hace una semana. Caine interroga al sospechoso, quien afirma que él no mató a Olvera.
Otro informador lleva a Tripp y a Natalia hasta el apartamento de Gloria Núñez, donde se escuchó mucho ruido poco antes de que Olvera fuera abatido. Mientras tanto, Valera recoge del colgante de Olvera una muestra de ADN perteneciente a Rafael Vargas. Horatio y Ryan visitan al hombre, que admite que se peleó con la víctima pero que no le disparó.