En el capítulo titulado 'Juego de niños', Danny y un joven vecino acuden a la iglesia para que bendigan sus respectivas bicicletas. Al salir, el agente escucha un tiroteo y le dice al niño que corra a casa mientras él ayuda a las víctimas: dos jóvenes que han sufrido un atraco en el transcurso del cual uno de ellos ha resultado herido. Más tarde, cuando Danny se encuentra en el laboratorio observa consternado que hay un niño en la mesa de autopsias y que se trata de su vecino, que ha sido abatido por una bala perdida durante la refriega.
Entretanto, los C.S.I. investigan la muerte de un empresario cuyo cigarro ha explotado cuando se encontraba en una discoteca. Las pesquisas llevadas a cabo por los agentes revelan que el pitillo era un artículo de broma adulterado y que el objetivo de la macabra bufonada no era él, sino el propietario de la tienda en la que fue vendido. El nombre del sospechoso sale a la luz cuando descubren que décadas atrás, un niño murió accidentalmente al fallar uno de los artículos suministrados en aquella tienda.