En el último capítulo de la temporada, durante un entierro se rompe el fondo de un ataúd, del que caen dos hombres distintos: uno blanco y otro negro. Tras ser informado del extraño suceso, los forenses acuden al lugar, donde Grissom observa que los dos cuerpos estaban separados en el féretro por una tabla y Brass interroga al empleado de la funeraria, que se muestra poco colaborador con él.
Mientras Nick examina el cuerpo del hombre que no debía estar en el ataúd, Warrick se acerca y le pide lo que le debe. Stokes aparta a su compañero y éste le ofrece una importante suma de dinero. Poco después, Brown acude el laboratorio para preguntar al doctor Robbins la causa de la muerte de la víctima y éste le informa que parece ser asfixia. Cuando informan a Brass que el fallecido es Lenny Harper, un ex-policía, los forenses dan prioridad a la investigación del caso.
Nick y Grissom acuden a la oficina de Harper, lugar que encuentran limpio y ordenado, al igual que su coche. Posteriormente, Archie informa a Nick que ha encontrado en el ordenador de Harper diversas grabaciones, siendo una de ellas de Warrick. Los forenses creen que Warrick había contratado a Harper para que espiase a Gedda.
Poco después, Grissom recibe una inquietante llamada de Warrick en la que le explica que se encuentra en el club de Gedda, tiene una pistola en sus manos y no recuerda lo que ha ocurrido. Cuando Grissom acude al local junto a la policía, descubre a Warrick de rodillas ensangrentado y al mafioso muerto en una silla. Tras descubrir que el arma reglamentaria de Brown fue disparada en la escena del crimen, el jefe del C.S.I. informa al forense que necesita un abogado.
Cuatro millones de seguidores
La inestabilidad emocional, las dudas existenciales y la preocupación por los fantasmas del pasado han mostrado el lado más vulnerable de los forenses de Las Vegas, serie que cierra su octava temporada en Telecinco como la segunda ficción extranjera más vista tras 'CSI Miami' con un share del 21,2% y el liderazgo en el 86,7% de las ocasiones.