Gracias a la información de Saris, los forenses acuden a la casa de Echols, donde hallan el cadáver de una tercera víctima. Posteriormente, una mujer confirma a los investigadores que los tres fallecidos son su marido y sus dos hermanastros.
Preocupado por el estado de su compañera, Ryan intenta hacer ver a Tara, la patóloga forense del C.S.I., los perniciosos efectos de su adicción a la oxicotina.