Algunos testigos aseguran que la víctima -Ed Burnell- llegó en su BMW, pero nadie puede aportar más datos y el coche ha desaparecido. Cuando encuentran el coche, detectan unos misteriosos cristales que Grissom identifica como una droga ilegal llamada ibogaina que se utiliza para curar adicciones.
Grissom y Brass visitan el centro de rehabilitación donde Ed trabajaba como consejero y descubren que tenía grandes esperanzas en las propiedades de la ibogaina. También contactan con una de las internas, Mindy, una chica que mantenía relaciones con Ed y cuyas señas de identidad coinciden con las encontradas en el coche de Burnell.
Mientras tanto, Catherine y Sara acuden a un cementerio de coches, donde ha aparecido el cadáver de un hombre vestido de payaso. Su representante, Buddy Ween, señala que la víctima -Donny Zanko- se dedicaba a trabajar en fiestas infantiles, pero todo parece indicar que tenía otros contactos aparte de los que les proporcionaba su representante y quizás a alguno de ellos no le resultaba tan gracioso.