Por otra parte, Catherine y Warrick investigan la muerte de una mujer desconocida que tan sólo llevaba puestas unas botas de goma y una bolsa de comprar. Mientras procesan la escena del crimen, Catherine se sorprende al observar que Warrick se ha casado. Tras examinar las cintas de video del servicio de vigilancia de tráfico de la ciudad, los forenses descubren que la víctima no era una stripper, como sostenían en un principio, sino una ama de casa.
Mientras tanto, Sara y Sofía -que inicia su labor como detective de Homicidios- se desplazan al lugar en el que se encuentra un coche aparcado que desprende un desagradable olor. Dentro del maletero del vehículo, hallan los cadáveres de un hombre y una mujer en avanzado estado de descomposición. Posteriormente, el automóvil es trasladado al laboratorio y tras su examen, los forenses encuentran unos restos de canela que les podría permitir identificar a las víctimas y a su asesino.
Asimismo, Grissom recibe un paquete que contiene una cinta de audio. Tras escuchar la grabación, el jefe del C.S.I. descubre que la pesadilla de Nick tras haber sido enterrado vivo todavía no ha concluido.