Con la llegada de cada escenario del crimen en miniatura, los forenses se ven obligados a abrir una nueva investigación con un único objetivo en mente: identificar y capturar al responsable. Esta sucesión de misteriosos crímenes, en las mejor tradición del thriller de asesinos en serie, constituye la principal trama de continuidad de la nueva temporada de 'CSI Las Vegas'.
Sobre la creación de esta trama, Carol Mendelson, productora ejecutiva de la serie, ha explicado que "la idea nació cuando Ken Fink, uno de nuestros productores y directores, nos regaló por Navidad un libro sobre una mujer que vivió en Chicago en los años 20 y 30 y que soñaba con ser policía, profesión que su adinerada familia nunca le permitiría ejercer. Fascinada por las escenas del crimen, la mujer construyó más de 20 escenarios, que actualmente se utilizan en los cursos de formación de los agentes de policía y detectives de la ciudad de Baltimore".
Un asesino meticuloso
La vivienda a escala de una estrella del rock, la réplica del escenario donde ha sido asesinada una anciana, un aparatoso accidente en un matadero de pollos y ahora la maqueta del lugar exacto en el que próximamente morirán una mujer y su gato, son algunas de las inquietantes y macabras reproducciones que Grissom va recibiendo. Todas ellas se corresponden con un homicidio supuestamente perpetrado por el artífice de las miniaturas.
La primera de las 'cajas' llegó al despacho del Grissom en el primer capítulo de esta temporada, 'Hecho para matar'. La miniatura reproducía, con todo lujo de detalles, la muerte del rockero Izzy Delancy en su domcilio.
Más adelante, en el capítulo 'Postmortem' fuimos testigos del carácter obsesivo del asesino, que llegó a modificar su obra para plasmar al milímetro los destrozos que la víctima, una anciana llamada Penny Garden, había ocasionado en su casa en su agonía tras ser envenenada con nicotina líquida.
El sospechoso1
Todos los sospechosos resultaron ser pistas faltas hasta que llegaron a Ernie Dell, compañero de trabajo de la tercera víctima del asesino de las miniaturas, Raymundo Suárez. En el episodio 'Trenes y Gafes, la investigación del crimen relaciona el asesinato de Izzy Delancy con el matadero avícola Manleigh, empresa en la que trabajaba Raymundo. Grissom visiona los videos de las cámaras de seguridad del asesinato de Penny, segundo crimen del asesino en serie, y descubre que el hombre que dejó la réplica tenía una camiseta con el logo de un tren. Hodges descubre la conexión entre el logo de la locomotora con Dell: al parecer el empleado del matadero está vinculado a una empresa que diseña trenes de juguete.
Cuando los SWAT irrumpen en el domicilio de Ernie Dell se dan de bruces con la evidencia pero ya es demasiado tarde: Dell ha enviado una grabación a Grissom en la cual se autoinculpa segundos antes de pegarse un tiro en la sien.
Aparece la cuarta miniatura
Grissom habría dado el caso por zanjado de no encontrar, el mismo día de su regreso tras su retiro de cuatro semanas, una caja que contiene una nueva miniatura. Un nuevo desafío para los CSI, que esta vez trabajarán a contrarreloj. Analizando la maqueta, Gil lee la fecha del día siguiente en un minúsculo periódico: el asesinato aún no se ha producido.
La policía salva a la víctima del asesino, pero no impide que se produzca el asesinato: una policía, colocada como cebo perece por ingestió de gas venenoso. También pasa a mejor vida la victima original, que había organizado su propio suicidio.
La lejía es la clave
Durante los días siguientes al cuarto asesinato se descubrió que Ernie Dell se suicidó para proteger al auténtico psicópata, uno de sus muchos hijos adoptivos. La ley de privacidad impide acceder a la lista de niños, obligando a los forenses, concretamente a las ratas de laboratorio, a volver a revisar las maquetas en busca que cualquier leve indicio que se le hubiera pasado por alto a Grissom. Empresa difícil pero no imposible, finalmete es Hodges quien da con el quid de la cuestión: todas las maquetas hacen referencia a la lejía.
Con todos estos indicios el círculo se cierra en torno al asesino de las miniaturas. Los CSI tan sólo necesitan que de un paso en falso para atraparle... si no les atrapa él primero.