En la antesala de la final de la Copa del Rey 2015, el Barcelona acapara el favoritismo para alzar su 27º título copero. La estadística y los precedentes históricos juegan en contra de un Athletic que, por suerte o por desgracia, es el 'tapado' del enfrentamiento. Pese al formidable estado de forma culé y las apuestas en contra, no todo es desesperanza en San Mamés. La mejor baza de los leones no se vestirá de corto y tiene nombres y apellidos: Ernesto Valverde Tejedor.
Pocas personas son más respetadas que el Txingurri en Bilbao. Al margen de su buen hacer al mando de la nave rojiblanca, lo que mejor define al entrenador cacereño en el duelo del sábado es su imbatibilidad en finales de Copa. Valverde se llevó su primera 'finalísima' en el año 1990, precisamente en el Barcelona. Aunque no saltó al campo, su equipo batió al Madrid de la 'Quinta del Buitre' por 2-0. Disputaría otras dos finales del KO más, esta vez como entrenador del Olympiacos griego en 2009 y 2012, con sendas victorias.
En el equipo rival encontramos a Luis Enrique, que aún no sabe lo que es dirigir una final copera desde el banquillo. El asturiano ha disputado cuatro, una más que su homólogo bilbaíno, pero no está imbatido. Perdió su primera ocasión de levantar el título en el Real Madrid (cayó 2-0 contra el Atlético en 1992) y sí acertó a conseguirlo un año más tarde, aún enrolado en las filas blancas (2-0 ante el Zaragoza). Le daría tiempo a ganar otras dos Copas en los años 1997 y 1998, ya en el Barça de sus amores.
Por eso, y aunque todo parezca jugar en contra del Athletic, los leones se aferran a la trayectoria inmaculada del capitán de su nave para soñar con la victoria. Durante el partido serán los Messi, Aduriz, Neymar o Williams los que tengan la última palabra. Mientras, desde la 'oscuridad' del banquillo, Ernesto Valverde puede ser el hombre que tenga la fórmula para sacar la Gabarra a pasear 31 años después.