Denis Cheryshev ha tenido un debut soñado en el Mundial de Rusia. El extremo del Villarreal salió desde el banquillo en una decisión técnica de su entrenador, Cherchésov. El ex del Real Madrid salió en el minuto 24 tras una grave lesión de su compañero Dzagoev. A penas le bastaron 19 minutos para perforar la meta del portero de Arabia Saudí por primera vez.
Desde su entrada en el campo, fue un auténtico puñal por la banda. Cheryshev aprovechó los huecos dejados por la blanda defensa de Arabia Saudí para crear ocasiones de peligro en cada opción de ataque que tenía la selección anfitriona.
Su primer gol fue una gran muestra de la calidad que atesora. Convirtió una jugada que no iba a ningún sitio en el segundo tanto para su selección. Aprovechando un pase, picaba la bola sutilmente para deshacerse de dos defensores rivales. Tras ello, tiró de potencia y con un fuerte zurdazo fusiló la portería de Arabia Saudí.
Cheryshev olió la sangre y fue a por más. Cada vez eran más frecuentes sus acometidas en el área, partiendo desde la banda llegaba con extrema facilidad al área rival. El segundo gol fue una obra de arte que poco tuvo que envidiar a la Plaza Roja. Con un disparo escorado desde larga distancia volvía a dejar a su selección con la boca abierta. Un golpeo con la parte exterior de la bota al palo contrario ante el que nada pudo hacer el portero saudí, sólo observar.
Su doblete, nada fácil en una cita mundialista, fue mérito suficiente para acabar el encuentro con el galardón de mejor jugador del partido bajo el brazo. Un derroche de clase que bien podría llevarle a la titularidad en el segundo partido de Rusia en su Mundial.