Selecciones de las que no se esperaba mucho y llegaron lejos gracias a su estrella… ¿será el caso de Salah con Egipto?
Mo Salah está siendo el jugador revelación en Europa esta temporada. Tras su partidazo ante la Roma en la Champions League, el jugador egipcio abre el debate de si su selección podrá llegar lejos en el Mundial de Rusia, que podrá verse de forma íntegra en Mediaset, pese a ser uno de los combinados con menor calidad del torneo. De hecho, las tres principales casas de apuestas del mundo, les colocan entre las peores selecciones. Ver a Egipto proclamarse campeona del Mundo en Rusia se paga entre 151 y 201 euros por euro apostado.
El ex de la Roma es la gran estrella de un Egipto que vuelve a un Mundial de fútbol 28 años después. Salah ha sido nombrado mejor jugador del año en la Premier League y mejor futbolista africano del año. Además, lleva números que poco o nada tienen que envidiar a los registros de Leo Messi o Cristiano Ronaldo. Es 'Pichichi' de la Premier League con 31 goles y encabeza la clasificación de la Bota de Oro, precisamente por delante de Leo Messi, y es que Salah lleva 45 tantos esta temporada. Su exhibición ante la Roma certifica su gran año en la Champions League: lleva 11 tantos en la competición europea. En la faceta de asistente también destaca, 13 en lo que va de temporada.
Antes de Salah, fueron varios los jugadores que lideraron una selección de la que nadie esperaba nada y que sin embargo acabó haciendo un gran papel en una Copa del Mundo. Zbigniew Boniek lideró a la selección polaca en el Mundial de España de 1982. Polonia conquistó el tercer puesto del torneo, en buena parte, gracias a él. Boniek marcó cuatro goles en aquel campeonato, convirtiéndose en el tercer máximo gol del torneo. Goleador consagrado en el Widzew Łódź polaco, su gran papel en el Mundial le llevó a fichar por la Juventus al final de ese verano.
Si hay una selección revelación en el Mundial de 1986, esa fue Bélgica. El combinado belga llegó hasta las semifinales. En ese equipo destacaba Jan Ceulemans, la estrella. Una leyenda en su equipo, el Clube Brugge, marcó tres goles en la cita mundialista, siendo el máximo goleador de su selección y contribuyendo en sobremanera al buen papel de su selección.
En el Mundial de 1994 fueron dos las selecciones revelación: Bulgaria y Suecia. Hristo Stoichkov lideró a una selección búlgara que llegó hasta semifinales, donde cayó contra Italia. 1994 fue el gran año de Stoichkov: máximo goleador del Mundial (17 tantos), campeón de la Liga y la Supercopa con el Barça, Balón de Oro de Europa y Goleador del año por la IFHS, todo gracias a sus 16 tantos en Liga y siete en la Liga de Campeones. Suecia encontró en Tomas Brolin a su líder para llegar, igual que Bulgaria, a semifinales. El jugador sueco hizo cuatro goles en todo el torneo, y al año siguiente hizo al Parma campeón de la UEFA.
La selección croata destacó en el Mundial de 1998 con el madridista Davor Šuker a la cabeza. Šuker, que venía de ganar la Champions League con el Real Madrid esa temporada y hacer 15 goles en Liga, lideró a su selección con seis goles en la cita mundialista. Una marca goleadora que le bastó para ser el Bota de Oro de ese Mundial.
Turquía fue, contra todo pronóstico, tercera en el Mundial de 2002 de Corea y Japón. Una selección liderada por los goles de su delantero estrella, Hakan Sukur. Sukur hizo en esa cita mundialista el que es hasta hoy el gol más rápido en la historia de los Mundiales. Además, su tanto en el partido por el tercer y cuarto puesto contra Corea del Sur le valió la victoria y además el salir del encuentro como el mejor jugador del partido.
Tras su partidazo en Anfield ante la Roma, Mo Salah abre el debate sobre si podrá llevar a Egipto, en su vuelta a un Mundial 28 años después, a colarse entre las mejores selecciones del torneo.