Una de las preguntas que más habían pasado por la cabeza de Mai era cómo se sentiría su madre biológica cada 25 agosto, la fecha en la que ella nació y en la que le había sido robada a su madre. “Cada 25 de agosto metía un regalo para mi niña en una cajita”, ha asegurado una Toñi destrozada que jamás había podido olvidar el día en el que su bebé su arrebatado de su lado.