Elena es una chica a la que la economía no le ha tratado muy bien. Todo lo que tiene lo deja para su hija y, a sus 38 años de edad, nunca había pisado una tienda de ropa. Tampoco una peluquería. Siempre ha vivido con las prendas que le han cedido sus familiares pero, por fin, Natalia cumplió el sueño de esta jardinera murciana.