Estafando al estafador: La brigada nos da las claves para conseguir el trile perfecto
Los burlangas, el boquerón, el gancho... los ingredientes de una buena estafa
Bruno se arriesga y confía en la intuición de Leo para atrapar un gran alijo
“Sigue la bolita, sigue la bolita y si no la pierdes pa’ ti la guita”… Sin dinero y sin los medios necesarios para intentar frenar el narcotráfico en la Costa del Sol, los miembros de la brigada se ven obligados a utilizar los trucos y estafas más antiguos del mundo para conseguir atrapar a los malos. En el trile como en la vida, no se revelan los trucos, pero lo importante de cualquier estafa está en la mente: si el tolái piensa que te puede ganar, lo más difícil ya está hecho.
¡Stop Spoiler! A partir de aquí, vas a descubrir las claves para convertirte en un experto trilero, pero también te vamos a destripar el capítulo 6 de ‘Brigada Costa del Sol’. Si no lo has visto, es mejor que dejes de leer.
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Sin saber que estaban ante el hombre que había estafado a la familia del niño Pera, la brigada prepara un operativo para pillar a Emilio Tortaja, y estas son sus únicas armas: los Burlangas, el gancho, el boquerón y siempre temido imprevisto.
Extender las redes, tirar la caña, picar el anzuelo… ¿Sabéis por qué los timadores utilizan jerga de pescadores? Porque en el fondo, la técnica para pescar un buen atún y para timar a un buen panoli, no son muy distintas. Para empezar necesitas un buen equipo de pesca o como bien dice la Buhita: Los Burlangas.
Pero por muy buenos que sean los Burlangas, sino hay mochuelo, víctima, el conejo, el tolái o cómo se dice en Málaga, el boquerón.
En este trile ya tenemos a un lado de la mesa a los Burlangas y al otro al boquerón, quién no sabe qué le vamos a tirar la caña. Una vez hechas las presentaciones ahora hace falta alguien que llame la atención del tolái, lo que vulgarmente se conoce como el gancho.
El boquerón ya le ha echado el ojo al cebo
Cuando la cosa se complica, hay clásicos que nunca fallan. Sí, los agentes de la Brigada también apuestan por el timo de la estampita.
La parte chunga del trile es que no son matemáticas y que además, de los Burlangas, el boquerón y el cebón, en algún momento siempre aparece el imprevisto.
Y más vale que cruces los dedos para que ese imprevisto no te toque la fibra porque mezclar el trile y los sentimientos no suele salir bien, nada bien pero…
¿Sabes qué? Estafar te hace sentir superior, te paga un subidón de adrenalina. Estafar está muy bien, pero ser el estafado, es una mierda. Sobre todo cuando los que te engañan son la gente que más quieres.