La semana pasada, Abraham García nos sorprendía con un posado sin mucho presupuesto en vestuario para la revista ‘Shangay’, una publicación dirigida al público gay. Ya saben ustedes (y si no se lo cuento yo hoy) que en este blog hemos seguido muy de cerca la evolución del exganador de ‘Supervivientes’, especialmente sus cambios físicos después de su paso por la isla. No porque tenga una fijación personal con él, bueno en realidad sí, pero todo bueno. Abraham ha vuelto para demostrar que ya está todo en su sitio de nuevo.
A raíz de esta entrevista con posado incluido, me he ido a su cuenta de Instagram para hacer una evolución real y ordenada cronológicamente para que ustedes no solo vean que el efecto yo-yó existe, también en los hombres, si no que con esfuerzo y buena genética, todo pasa.
Nos remontamos a mayo de 2014, concretamente al día en el que Abraham se proclamaba merecido ganador de ‘Supervivientes’. Durante los más de tres meses que estuvo en Honduras, Abraham perdió unos cuantos kilos quedándose tal que así.
Y aquí empezó todo. Tras meses de penurias y hambre que llegaban a su fin, Abraham empezó a darse a la buena vida y comenzó su cambio físico.
Llegó 2015 y con él los buenos propósitos. Abraham conoció los beneficios de la electroestimulación y se puso manos a la obra. Pero además se puso a base de bien, desde marzo son más que habituales sus publicaciones durante los entrenamientos, les traigo un ejemplo.
Ahora llega la mejor parte del post, los resultados. Unos resultados que van a provocar una oleada de matrículas en centros de electroestimulación. Abran bien los ojos y aplaudan.
Un año y cinco meses. 72 semanas para Instagram. ¿Se puede o no se puede?