Un verano sin plástico
¿Cuánto tarda en degradarse nuestra basura? ¿Realmente se desintegra, desaparece?
Desgraciadamente, no. Todo lo que dejamos en la playa tarda cientos de años en descomponerse en el mar, y si está compuesto de plástico irá desintegrándose en cientos de trozos diminutos que serán invisibles para el ojo humano, pero estarán ahí y servirán de "alimento" para miles de especies marinas y, en consecuencia, para nosotros mismos.
Poco a poco, este mensaje está empezando a llegar a la sociedad, pero todavía falta mucho por hacer, y no sólo en las playas.
Este verano, os propongo algunos consejos sencillos que pueden servir de mucho para proteger nuestros océanos, crear conciencia y dar ejemplo.
Cuando vayáis a la playa o a la montaña, llevad con vosotros una pequeña bolsa para recoger la basura que veáis: pajitas, tapones, colillas, envases de zumos, palitos de chupa-chups… este año, en vez de decir: ¡qué guarra es la gente!, os animo a que os unáis al movimiento de recoger esos pequeños trozos de plástico que, de quedarse ahí, llegarán al mar y pasarán cientos de años en las profundidades.
Os sugiero que, cuando pongáis la toalla, hagáis una pequeña limpieza a vuestro alrededor. Solamente tendréis que recoger esos residuos que otros han dejado, y que encontraréis cercanos a vuestra sombrilla. Incluso, puede ser un juego para entretener a los más pequeños.
Aunque es importante recordar que no debemos recolectar conchas ni llevarnos trozos de corales que encontremos en la orilla, ya que tiene un impacto nefasto en el ecosistema: produce mayor erosión de la playa, reduce el número de organismos que la habitan y también de aves, que construyen sus nidos con conchas.
En las comidas veraniegas, es fundamental que no compréis platos y vasos de plástico para comer, y no olvidéis llevar el agua en vuestras botellas reutilizables.
Por supuesto, al abandonar el lugar donde habéis pasado el día, recoged todo lo que encontréis, y tened mucho cuidado con las bolsas de plástico que puedan volar al mar... ¡pasarían allí más de 500 años!
En verano no sólo dejamos residuos materiales, cuando nos bañamos también contaminamos el agua con las cremas solares. Tened esto presente a la hora de comprar un protector solar y fijaros si sus fórmulas son respetuosas con el océano.
Los océanos se encargan de regular la temperatura del planeta, absorbiendo el exceso de CO2 y de calor, lo que está provocando un aumento de su temperatura y de su PH. Esto a su vez, está provocando que miles de especies tengan que emigrar y cambiar sus hábitos para sobrevivir, y otras, como los arrecifes, mueran porque no son capaces de desarrollarse en esas condiciones.
Entre todos podemos hacer mucho y, poco a poco, disfrutaremos de playas y aguas cada vez más limpias.
¡Feliz verano!