Podría decir que ésta es una de las temporadas más bonitas del año para visitar Gredos, porque durante este mes el piorno está en flor y cubre todas las rutas de un intenso color amarillo y de un dulce perfume que me traslada a mi infancia.
Y también porque se celebra el Festival del Piorno en Flor, con un sinfín de actividades para todos los públicos. Y este año, en el V Encuentro Ecuestre, he tenido el privilegio de recibir un nombramiento muy especial para mí, el de Embajadora de la Sierra de Gredos.
Un título que representa una pequeña parte de la inmensa labor que hace cada día un grupo de gente emprendedora e ilusionada por esta tierra, ASENORG, a los que me gustaría agradecer por supuesto que me hayan elegido, y todo el trabajo que hacen para que esta sierra reciba la atención y el reconocimiento que merece.
Las montañas de Gredos esconden lugares mágicos que he ido descubriendo desde que era muy pequeña, gracias a mis padres, que me subieron al Morezón con tan sólo seis años.
A ellos les debo el apego por estas cumbres y por las aguas cristalinas que esconden, en las que me sigo bañando hasta salir con los labios morados, como cuando era una cría.
A ellos y a mis abuelos, originarios de Navalperal de Tormes, a los que pude dedicar unas palabras este día tan emotivo.
Sobre todo recuerdo a mi abuelo, Alberto Buenadicha, porque casi cumplió cien años con una salud de hierro. Fue alcalde del pueblo durante muchos años y una persona muy querida en la zona. Para mí, era el abuelo que me montaba en burro, con el que iba a coger los huevos de las gallinas, el que me traía las truchas del Río Tormes y las mejores judías verdes del mundo.
En aquella época en la que teníamos todas esas cosas, también recuerdo que en el pueblo solamente se veían dos canales de televisión. Y recuerdo perfectamente que para mi querido abuelo lo único que era sagrado ver cada noche era el espacio de El Tiempo.
Seguramente nunca se pudo imaginar que un día se lo contaría su nieta, y tampoco que algún día recibiría este título tan representativo, en honor al que realmente me ha hecho apreciar el aire y la luz de la Sierra de Gredos.
Infinitas gracias a Gredos Norte, Bar Gredos, Gredostormes y todos los que habéis hecho esto posible.
Gracias a Álvaro Puerto por sus fotografías y a la Cadena Ser por ésta entrevista.
Nos vemos pronto en las cumbres.