Querida Vitamina D
Por fin ha comenzado el verano y con él el momento de cuidar más aún nuestra piel y nuestro cabello. En esta época del año se podría decir que mantengo mis hábitos pero los extremo para que la piel esté siempre hidratada y el pelo protegido.
Soy una amante del sol y de todos los beneficios que aporta al ser humano. No podría vivir en un país permanentemente nublado: la luz solar me llena de vitalidad y me hace sonreír. Esta estrella se encarga de regular nuestro reloj biológico y es nuestra fuente principal (casi única)
de Vitamina D.
Esta es una vitamina fundamental para el desarrollo de nuestros huesos y el mantenimiento de los órganos y es difícil encontrarla en los alimentos, la mayor parte la adquirimos cuando tomamos el sol; eso sí, sin protección. Por otra parte, algunas investigaciones indican que la
deficiencia de vitamina D está vinculada al desarrollo de ciertos cánceres.
Como podéis imaginar, éste es un tema muy polémico. Hay multitud de defensores y detractores de las protecciones solares y su relación con el riesgo del cáncer y la conexión con esta vitamina. De hecho se sigue investigando sobre la influencia de esta vitamina en la prevención del cáncer y los datos todavía no son reveladores. El tema es complejo ya que hay estudios que demuestran que personas con concentraciones más altas de vitamina D tienen menor riesgo de padecer algunos tipos de cánceres y por contrapartida, las protecciones solares nos protegen precisamente del melanoma de piel.
Con estas hipótesis en mano, creo que los hábitos que debemos tener para protegernos del sol dependen sobre todo del país donde vivamos y también de nuestro tipo de piel. En España tenemos sol suficiente durante todo el año para suplir los requerimientos de vitamina D del organismo y en verano por supuesto hay que utilizar protección solar.
La mayoría de nosotros habitualmente no utilizamos protección durante el año, solamente en verano y en exposiciones prologadas, por tanto la mayoría de los momentos cotidianos en los que paseamos al sol, conducimos o nos sentamos en una terraza serían suficiente (10-15 minutos tres días por semana bastarían).
Tengo la suerte de tener una piel morena que no se quema, pero aun así siempre me protejo cara y cuerpo con SPF 50. Las manchas y el envejecimiento de la piel son un hecho irreversible que podemos frenar con la protección, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de horas de
luz que disfrutamos en nuestro país.
Cada año pruebo nuevas fórmulas sobre todo para entrenar al aire libre, me he pasado veranos en la piscina nadando bajo el sol una hora diaria… y es casi un reto encontrar productos que funcionen. Para nadar normalmente utilizo protección solar para niños, más espesa y duradera.
Este verano he probado los nuevos solares de La Roche-Posay en aceite y son una maravilla. La verdad es que nunca utilizo aceites porque me parecen realmente incómodos pero éste me ha sorprendido. Hidrata muchísimo, no es pegajoso, se absorbe perfectamente, te puedes
vestir después de aplicarlo, protege exactamente igual que una crema y no te deja la piel blanca, al contrario, la deja dorada… ¡y coges un color espectacular! Han sacado también la crema de cara fluida y es estupenda, no es pringosa y muy fácil de extender. Y lo mejor de ambos, apenas tienen olor.
Pero también tengo una piel muy seca que cuidar después del sol y el agua. Un producto que llevamos utilizando en mi casa toda la vida es el aftersun de Ecran. Lo aplico siempre justo después de la exposición al sol porque es muy ligero, refresca, calma y su aroma… es el olor del verano ;)
Cuando me voy a acostar me vuelvo a aplicar aftersun y suelo utilizar uno más hidratante como el Posthelios de la Roche, muy nutritivo, sin parabenos ni fragancias. Para calmar la piel después del sol siempre utilizo agua termal. También la uso antes y después de la limpieza facial, tras la depilación o cuando llego de correr. La encontrarás en varios formatos, este siempre viene conmigo de viaje ;)
La Nivea también es un hidratante básico en mi neceser, sobre todo ahora en verano utilizo la Nivea de la caja azul para hidratar los pies antes de acostarme cada día.
Mi pelo sufre el cloro y la peluquería diaria durante todo el año, y en verano además sumamos el aumento de la exposición solar y el agua del mar… ¡y que me paso el día en remojo! ;)
Muchos días me lo tengo que lavar un par de veces y los champús son realmente agresivos para la piel y el cuero cabelludo. Este verano estoy combinando mis champús habituales (sin sulfitos ni parabenos) con estos productos para protegerlo del sol, el cloro y la sal.
Cuando salgo de entrenar a última hora de la tarde en verano me enjuago muy bien con agua solamente para eliminar el cloro y lo dejo al natural o con un poco de mascarilla hidratante en las puntas. Es fundamental aclararse meticulosamente para que no queden restos de jabón que puedan irritarnos la piel.
La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo, el que nos protege de todo. El órgano que más expuesto está, el que nos hace sentir, el que vemos envejecer con nosotros. Comienza a cuidarlo cuanto antes, por fuera y por dentro gracias a una alimentación rica en #superalimentos
Como con todo, no debemos abusar del sol pero considero que es una fuente de vida para nuestro organismo. Ha llegado el momento de tumbarse, cerrar los ojos y sentir el calor y la energía del sol en tu cuerpo… ¡feliz verano!