Mi primera antropometría
A principios de este año comencé a compaginar los entrenamientos en piscina con una nueva rutina deportiva junto a un entrenador personal y una nutricionista.
Hoy voy a hablaros de la importancia que tiene combinar el deporte con una buena nutrición para notar resultados y sobre todo para sentiros sanos y con energía.
En mi primera consulta, además de contarle detalladamente mi día a día en la mesa, la nutricionista me hizo una antropometría.
Si no lo habéis oído nunca, se trata de una medición completa de nuestro cuerpo (peso, altura, masa ósea, masa muscular, masa grasa) que nos va a ayudar a saber qué tipo de dieta debemos seguir para llegar a los objetivos deseados según, por ejemplo, el deporte que practiquemos.
Aquí comparto con vosotros mi primera antropometría: como veis, se miden por un lado los diámetros y/o perímetros de la muñeca, el fémur o el muslo, y por otro ciertos pliegues de la piel medidos de forma precisa (abdominal, triceps, subescapular).
En base a los resultados se obtiene una somatocarta (que podéis ver también en el informe), con la que se puede deducir algo así como el tipo de deportistas que somos (de fuerza, resistencia, etc). Esta información es muy útil a la hora de planear el entrenamiento y lograr nuestras metas: los deportistas que tengan un perfil antropométrico que sea similar al rendimiento van a maximizar su rendimiento y a minimizar el riesgo de lesión.
La antropometría tiene muchos usos médicos y otros aplicados a la medicina deportiva. En este caso nos sirve para evaluar mi estado nutricional, la distribución de la grasa en mi cuerpo, mi condición física, el rendimiento…
Gracias a mi antropometría vimos que estaba haciendo las cosas bien pero lo ideal sería peder un poco de masa grasa y ganarla en músculo.
Para ello básicamente tendría que aumentar la ingesta de proteínas y trabajar la fuerza en la sala… ¡Y en ello estoy! Poco a poco voy ganando en masa muscular y me siento menos cansada después de los entrenamientos.
También hago diferenciación en la ingesta de hidratos según los días de entrenamiento, aunque tomo hidratos todos los días (aunque no entrene).
He aumentado también el consumo de semillas (cáñamo, lino, sésamo, chía…) que son ricas en proteínas de origen vegetal y aportan multitud de nutrientes, calcio, grasas buenas…
Gracias a mi nutricionista estoy aprendiendo a comer mejor y a saber qué cosas son verdaderamente sanas a la hora de comprar. Os animo a que os hagáis este estudio y os pongáis en buenas manos a la hora de entrenar.
Gracias Cool Heath Club por cuidar de mi estos meses.