“El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida”
El pasado jueves Manos Unidas presentó su campaña anual y tuve el privilegio de conducir el acto desde el Auditorio de la Mutua Madrileña. Hoy me gustaría compartir con vosotros mis impresiones de esa tarde y del trabajo que he compartido con ellos estas las últimas semanas, y que ha resultado tan enriquecedor.
Desde que me propusieron formar parte de este evento me sentí entusiasmada por la idea, y por el mensaje de la campaña de este año, un mensaje que va dirigido directamente a nuestra sociedad de consumo, ya que 1/3 DE NUESTROS ALIMENTOS ACABA EN LA BASURA.
Sabemos que diariamente en nuestras casas desperdiciamos comida, pero que cada año 1.300 toneladas de alimentos aptos para el consumo acaben en la basura es algo escandaloso, especialmente porque el hambre representa actualmente el mayor riesgo para la salud en el mundo, matando a más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos.
Y cuando empiezas a conocer esta realidad más a fondo, te das cuenta de que formas parte de un sistema totalmente corrompido por un ritmo de vida cada vez más individualista, mientras 800 millones de personas pasan hambre cada día.
Es realmente contradictorio… ¿cómo puede ser posible que en un planeta que genera recursos para el doble de la población mundial, estimado por la ONU en 7.400 millones de personas, 1 de cada 9 individuos no tengan suficientes alimentos para llevar una vida sana?
Normalmente estos datos se nos escapan y las soluciones nos parecen inabarcables. Pero estas cifras también son consecuencia de nuestra forma de vida y deberíamos conocer por qué y cómo empezar a cambiar algo en nuestras rutinas.
Y esta campaña se basa principalmente en responder a esos problemas y animarnos a frenar un desperdicio alarmante de alimentos. Un desperdicio relacionado directamente con la valoración estética de los productos, normativas, caducidad e informaciones confusas en los etiquetados o el tratamiento inadecuado de los productos frescos, que muchas veces se tiran para “no hundir los precios”, y un largo etcétera resultado de la mala distribución y venta de los alimentos en los países ricos.
Durante el acto contamos además con la asistencia de dos invitados muy especiales, Ruth Chaparro y Eugenio López, que compartieron con nosotros su realidad desde dos importantes focos de pobreza: Colombia y Mozambique respectivamente. Y por supuesto también intervino la Presidenta de Manos Unidas Clara Pardo.
Desde aquí me gustaría dar las gracias de nuevo a Manos Unidas por contar conmigo en una jornada tan especial, y por recordarnos nuestra responsabilidad para luchar por un mundo mejor.
Fotografías: Álvaro Puerto