Como cada año, el último domingo de abril la Maratón de Madrid ha tomado las calles de la capital.
La Maratón es una carrera de larga distancia (42195 metros) que se lleva celebrando en Madrid desde 1978, edición en la que incluso podían participar niños.
*Fuente EL PAÍS
El origen de esta prueba, que también es olímpica desde 1896, se remonta al mito griego de la Batalla de Maratón (490 a.C.).
En ella, los griegos combatían contra la invasión de los persas a unos cuarenta kilómetros de Atenas. Allí las mujeres de los soldados esperaban impacientes la victoria, ya que si no recibían la buena noticia con la caída del sol, sacrificarían a sus hijos y se suicidarían ante el inminente saqueo de los persas.
Finalmente, vencieron los griegos en una batalla que se alargó más de lo esperado, y según la leyenda, tras el combate, el soldado Filípides recorrió corriendo esos cuarenta kilómetros y cuando llegó a Atenas, exhausto, sólo tuvo fuerzas para anunciar la victoria antes de fallecer de agotamiento. Esta hazaña impidió la inmolación de la población.
Se podría decir que esto es una pequeña anécdota que reconoce la fortaleza del atlético ejército ateniense, que tras la batalla tuvo que correr la distancia entre Maratón y Atenas para proteger su ciudad.
La fama del running sigue creciendo y en Madrid se celebran al año aproximadamente 130 carreras populares con distintos fines, la mayoría de ellos solidarios. Un movimiento cada vez más amplio que reúne solo en la capital hasta 25000 personas por ejemplo en la Carrera de la Mujer, una de las más multitudinarias, celebrada en ocho ciudades españolas.
Actualmente y durante el mismo día de la Maratón madrileña se disputan otras dos carreras: la media maratón y una carrera popular de diez kilómetros; haciendo que éste día se junten en Madrid alrededor de 35000 corredores.
Para mí fue la primera vez que participaba en esta prueba y lo hice en la distancia más corta.
Nos levantamos con temperaturas frescas pero con un sol espléndido que comenzaba a iluminar la Gran Vía, por donde no cesaban de aparecer runners en cada esquina.
Por ver el ambiente que hay en las calles del centro a las ocho de la mañana ya merece la pena el madrugón. La Plaza de Cibeles, donde se encontraba la salida, estaba llena de gente de todos los lugares del planeta, de colores, de nervios y de emoción.
Te aseguro que nunca has visto así la ciudad un domingo a primera hora: un Madrid distinto en el que sientes cómo palpita el asfalto bajo tus zapatillas.
El circuito de las tres pruebas es casi totalmente urbano (la Maratón tiene cuatro kilómetros por la Casa de Campo) y atraviesa las calles más emblemáticas de la ciudad, incluido el casco antiguo, para terminar en el Parque del Retiro.
Los diez kilómetros son muy amenos a lo largo de la Castellana, la Calle Serrano, la Puerta de Alcalá y el maravilloso Retiro: mi lugar favorito para llegar a la meta en Madrid.
Correr supone un reto personal y físico muy importante para mí, mayor que cualquier otro deporte, y en días como este te sientes invencible.
Con el cielo limpio, el aire fresco y las calles para nosotros, el simple hecho de correr se convierte en un placer y los diez kilómetros se quedan cortos. El año que viene espero poder recorrer más calles de nuestro Madrid.
Gracias Madrid Rock’n’Roll por regalarnos un día tan estupendo y a Álvaro Puerto por acompañarme y fotografiarme en cada kilometro.