#Hoyentrenocon... Miguel Lozano II
En este post os cuento un poco en lo que consiste el entrenamiento de apnea estática que hice con Miguel Lozano en Tenerife.
Con este deporte he descubierto nuevas sensaciones y cambios en mi organismo que resultan muy distintos de los experimentados en el mar.
En la apnea estática el apneísta trata de aguantar la respiración el máximo tiempo posible mientras se encuentra boca abajo en el agua de forma inmóvil. El tiempo empieza a contar desde que las vías respiratorias entran en contacto con el agua.
En esta modalidad el componente psicológico es muy alto, por ello es considerada por muchos apneístas una de las más complejas.
En el mar siempre pasan cosas a tu alrededor y puedes concentrarte en tus movimientos, en la profundidad, en los cambios de luz, en los peces, en el cabo o en el simple mecimiento de la marea.
Pero en la piscina estás tú solo. Una de las cosas que me dijo Miguel y que considero muy útil, no sólo para practicar este deporte si no para nuestro día a día, es que en la apnea debemos de aceptar lo que venga. Nada debe estresarte bajo el agua: por ello debemos aprender que cualquier sonido, luz, pez, niño gritando o chapoteo se tiene que convertir en algo bueno para nosotros, en lo que centrar nuestra atención.
En nuestro día a día hay miles de cosas que nos gustaría cambiar y no podemos, pero debemos aprender a vivir con ellas de la mejor manera posible para ser más felices. Bajo el agua, tu cuerpo empieza a cambiar su funcionamiento habitual en superficie y tu mente debe estar concentrada al máximo para controlarlo y conseguir ser feliz bajo el agua.
Supongo que eso tuvo que ver con que las primeras inmersiones fueran más difíciles y las sensaciones menos placenteras que en el mar. Perdí completamente la noción del tiempo y tenía la sensación de haber aguantado poco cuando en realidad, ya estaba haciendo apneas de dos minutos sin darme cuenta.
Miguel me propuso un ejercicio en el que él me marcaba los tiempos de apnea y recuperación (poniendo en práctica una tabla de CO2); y la única información que iba teniendo era que las recuperaciones cada vez eran más cortas.
En estas apneas me sentía muy bien, en la mayoría iba sobrada cuando las terminaba. Con este ejercicio me sentí muy cómoda y acabé haciendo inmersiones de más de tres minutos sin darme cuenta.
Durante el ejercicio, me concentré única y exclusivamente en las sensaciones, no miraba a Miguel ni hablaba. Cuando sacaba la cabeza seguía concentrada, con la mirada fija en un punto. Sólo me guiaba por su voz. Conseguí entrar en un estado de meditación totalmente nuevo para mí.
Estas tablas sirven para maximizar el disfrute de la práctica ya que actúan aumentando la tolerancia a niveles altos de CO2 y mejorando el uso del oxígeno.
En este deporte alcanzas estadios de relajación profunda, donde cuerpo y mente conectan de forma extraordinaria. Quizás sea eso lo que más me gusta de la apnea, el hecho de que te permite abstraerte de la realidad; y te exige dedicarte tiempo y escuchar cada pequeño cambio o vibración que ocurre en tu interior.
Gracias Miguel, por enseñarme tu mundo con tanta sencillez y entusiasmo.
Y gracias a Pepe Arcos, por un trabajo inmejorable.