Piel radiante todo el año
Durante el verano estamos más pendientes que nunca del cuidado de la piel gracias a infinidad de campañas y marcas que nos recuerdan la importancia de protegerse.
Pero ahora, se acercan los meses de frío en los que vemos menos el sol y nos olvidamos un poco de nuestra piel, el órgano más grande que tenemos.
La piel se encarga de proteger el resto de órganos, de regular la temperatura del cuerpo, de que percibamos sensaciones gracias al tacto, incluso de mostrar ciertas señales del cuerpo, como reacciones emocionales, cuando nos ruborizamos.
Un órgano muy especial porque es completamente diferente en cada uno de nosotros y caracteriza nuestro aspecto. Precisamente por eso, creo que es fundamental que sigamos prestando atención a nuestra piel cada uno de los días del año, porque también podemos lucir una piel sana y luminosa en invierno.
¿Y cuál es la mejor manera? Principalmente, mediante la alimentación: somos lo que comemos y el mejor reflejo es nuestra epidermis. Hay más factores que pueden afectar, pero en general si mantenemos una dieta sana y equilibrada, notaremos los resultados rápidamente en nuestra piel.
Por eso, ahora que empieza el frío me gustaría dejaros algunos consejos y alimentos que no faltan en mi dieta para que mi piel se mantenga sana y luminosa también en invierno.
Hidratación: Es fundamental beber al menos dos litros de agua diarios para que nuestra piel se mantenga flexible e hidratada. Lo notaréis porque una hidratación desde dentro aumenta la elasticidad y sobretodo, facilita la depuración de toxinas.
Más frutas y verduras: Aumentando la ingesta de antioxidantes naturales disminuiremos el estrés oxidativo de las células. Especialmente debemos consumir alimentos ricos en Vitamina C, A y E.
Vitamina C, porque a su vez incrementan la producción de colágeno para evitar arrugas y manchas. Cada mañana tomo en ayunas jugo de lima o limón en agua tibia, zumo de naranja o pomelo con zanahoria, un kiwi… Todos los cítricos tienen alto contenido. También los frutos rojos, los tomates, el brócoli y el kale, una berza llena de nutrientes que estoy añadiendo a mi dieta.
Vitamina A, otro antioxidante clave en el proceso de cicatrización y el envejecimiento celular. Alimentos de color naranja no deben faltar en nuestro menú de invierno: zanahorias, calabaza, boniato… Las cremas de verduras son mi mejor aliado para las cenas en esta época. También las espinacas, hervidas, en crema, o en platos como el potaje.
Vitamina E, importante antioxidante que aparece en los frutos secos: avellanas, pistachos, almendras, nueces. En el desayuno suelo tomarme un par de nueces y siempre tengo en casa frutos secos sin tostar y sin sal, que los tomo como snack a media mañana o en las ensaladas. También son ricos en esta vitamina y no faltan en mi dieta el aceite de oliva y el aguacate, que suelo consumir en tostadas para desayunar.
Omega 3: el pescado es otro de los pilares de mi alimentación, con alto contenido en estos ácidos grasos, fundamentales para la reparación de los tejidos. Salmón, sardinas, anchoas, caballa, atún… los consumo a la plancha, al horno o crudos, para que preserven más nutrientes y sean menos calóricos.
Té verde: el té tiene innumerables propiedades y ha sido utilizado como bebida medicinal en China durante milenios. Concretamente el té verde no ha sufrido una oxidación durante su procesado, por ello es mayor su contenido en antioxidantes y fortalece al sistema inmunitario. Cada mañana tomo un té verde en el desayuno, y a veces otro en la merienda. El consumo de té te ayudará a beber más líquidos y a evitar consumir otras bebidas azucaradas.
Limpieza: por supuesto, también es importante mantener una rutina de limpieza e hidratación diarias. No olvides limpiar el rostro en profundidad al menos antes de meterte en la cama e hidratarlo según tu tipo de piel.
Protección solar: es importante que utilicemos protección solar también en invierno para evitar su envejecimiento prematuro y las manchas. Yo uso a diario una hidratante con color que a su vez es pantalla 50. ¡Comodísimo!
El descanso es otro de los secretos de mi piel: dormir al menos ocho horas diarias y estar tranquila es fundamental para que el organismo elimine toxinas y se oxigene.
Deporte: para dormir bien y controlar el estrés el ejercicio es primordial. Cada día dedico al menos una hora para hacer deporte. Sudar y activar tu metabolismo también activarán los procesos asociados a la renovación celular.
Exfoliación: antes y después del verano suelo hacerme exfoliaciones en todo el cuerpo que preparan la piel para el sol y la hidratan en profundidad. Para estos tratamientos ponte siempre en buenas manos, yo confío en Aveda y sus productos naturales que consiguen una piel luminosa y suave. ¡Tenéis que probarlo!
¡Espero que sigáis mis consejos y que también en invierno luzcáis una piel radiante de la forma más natural!
Si tenéis dudas estaré encantada de responderos a través del perfil de Instagram ;)