Surgieron en el siglos XVI y siguen a un líder, Menno Simons de los Países Bajos. Considerados cristianos anabaptistas, bautizados de nuevo cuando son adultos, viven conforme a tradiciones centenarias…A menudo rubios y con ojos azules, los Menonitas en México constituyen una significativa comunidad que hoy vamos a visitar…
Nuestro anfitrión es Abraham Peters, un joven de 75 años que creció sin electricidad y sigue sin tener una TV en casa. No hay tele, “pero me han regalado un ordenador para que escriba mis memorias y ahí descargo películas antiguas” que ve en su estudio, un anexo de su casa en los alrededores de Cuauhtémoc que comparte con su mujer y con una hija.
52 años lleva junta la pareja que se conocieron siendo muy jóvenes y se casaron cuando él contaba apenas 23 años. 8 hijos han tenido, 4 varones y 4 hembras, todos casados, excepto una de las féminas que tuvo un desengaño amoroso y prefirió vivir en la tranquilidad del hogar parental.
Los hermanos al completo se dedican a la agricultura cuyos secretos les ha enseñado su padre. Cultivan frijoles, crían gallinas, pollos y animales de corral… Abraham Peters siempre ha vivido en estas tierras que abarcan una vasta extensión de 50 hectáreas de terreno…Los momentos de una vida andan detenidos en las muchas fotografías enmarcadas en su despacho personal.
Abraham habla en un lindo español con suave acento mexicano, pero no es esa la lengua en la que se entiende con su mujer. Con ella, la patrona de la casa, se comunica en un bajo alemán que se remonta a siglos atrás porque los Menonitas emprendieron una peregrinación por varios países buscando uno que aceptara sus creencias. Son pacifistas a ultranza, pero solo juran lealtad a Dios, una de las razones que les ha enfrentado a más de un mandatario. Su educación también es peculiar. Chicos y chicas, separados; enseñanzas académicas basadas en leer, escribir y conocimientos de su religión. Los hijos de Abraham no fueron a la Universidad, pero sus nietos sí, algo que no le tiene muy contento: “Cuando se entra en ese ambiente se pierde la esencia de la cultura”…Pero ya se sabe, dónde hay patrón…
Y aquí quien manda es claramente esta señora de ojos dulces, pero mirada firme que vino con su familia de Canadá hasta el norte de México. Cuando conoció a su marido, éste conducía 2 horas para ir a verla…Ella es la mujer que lleva la casa y la que Reina en un universo sencillo y ordenado en el que incluso los muebles están hechos por otros menonitas.
Un pequeño paseo por la vivienda es el recordatorio de toda una vida: los regalos de casados, la porcelana que recuerda acontecimientos familiares importantes…Un recordatorio palpable de que hay muchos mundos y todos están en este.