Es moderna, cosmopolita y está siempre despierta. Es una ‘nonstop city’. Tel Aviv es la segunda ciudad más importante de Israel, pero también una de las grandes desconocidas del país. Un lugar con calles llenas de vida, cafés a la última y gente proveniente de medio mundo. ‘Gay frienly’, aquí el orgullo gay no se celebra un día, sino una semana, ‘eco frienly’, ‘bike friendly’ y una docena de ‘frienly’ más,… Si todavía no tenéis destino para vuestras próximas vacaciones, es la oportunidad perfecta de acercaros a la ‘Ciudad Blanca’. No os defraudará…
Su energía y vitalidad se siente nada más poner un pie en ella. Su humedad también. El mar determina gran parte de una personalidad todavía en construcción porque Tel Aviv, traducción al hebreo de ‘colina de primavera’ ha crecido a velocidad de vértigo. Nació en 1909 cuando un grupo de 60 familias decidieron adquirir y repartirse 12 hectáreas de una zona de dunas y desierto totalmente vacía en el norte de la ciudad. Ese fue el embrión de la gran urbe que hoy tenemos ante nosotros. Sorprende encontrar fotos de aquel momento en la Torre Shalom, una edificación que con 130 metros de altura y 34 pisos hoy no nos llama la atención, pero que cuando se construyó en 1965, se convirtió en el primer rascacielos de todo Oriente Medio.
Tened en cuenta que si venís un fin de semana os tendréis que poner las pilas porque hay mil lugares que ver y recorrer. Buen punto de partida puede ser el Rothschild Blvd, una de las arterias principales de la ciudad, y un lugar para llevar los ojos bien abiertos. Ante ellos desfilará toda la mezcla y diversidad del lugar en unos pocos metros: ejecutivos, hipsters, hombres de negocios, hippies, indies, rastas, turistas,...Lo mismo ocurre con los edificios. Al lado de impresionantes rascacielos como el Hotel situado en el número 22, veréis edificios de apenas 2 o 3 alturas alturas en los que se han escribo páginas cruciales de la historia de Israel. Por ejemplo la casa del número 16 en cuyo interior David Ben Gurión firmó y declaró la creación del Estado de Israel en mayo de 1948. Esta es una constante en Tel Aviv, la mezcla entre las clases, los estilos, las alturas… Al lado de rascacielos infinitos de cristal y acero, casas pequeñas de hormigón y ladrillo. Todo conviven de la manera más natural, sin agredirse.
Rothschild Blvd es el corazón financiero y a la vez ‘la milla de oro’ de la ‘city’, aquí se encuentran las sedes de compañías como ‘facebook’ o bancos como el HSBC , con tiendas como Chanel o Armani. Y atención a la esquina del Boulevard con la calle Herzl porque en lo que ahora es la Alianza Francesa estaba la casa construida por la familia Eliavson, una de las primeras que existió.
Mención aparte merece el barrio de Neve Tzedek, un enclave bohemio y vanguardista que sin embargo es el más antiguo de la parte nueva. Aquí las horas se os pasarán volando mientras callejeáis por las pequeñas tiendas de diseñadores locales. Muchas de ellas están llenas de creaciones de artesanos jóvenes que exponen sus ideas en telas, papel o piedras semipreciosas. Es difícil salir de allí sin haber metido un buen ‘meneo’ a la VISA, ¡ya lo aviso!. Me gusta también la ropa que veo en los escaparates, cómoda y funcional, pero con tejidos de calidad y buena caída en las prendas. Entre tienda y tienda, aprovechad para tomaros un té o un refresco en cualquier terraza. Parecen improvisadas, pero en realidad responden a la filosofía del barrio, a medio camino entre el pasado y el presente.
Los más atrevidos tampoco querrán perderse un barrio vecino, el Florentin. Un lugar ecléctico, pero muy auténtico, lleno de grafitis, edificios deteriorados y gente en las plazas…Y gatos, muchos gatos callejeros. Animales que se pasean a sus anchas por la ciudad, que se mezclan con los transeúntes y que no tienen miedo ni a niños ni a turistas. Ya os dije que en Tel Aviv hay espacio para todos.
El mar en todos sus aspectos forja el lugar, así que no os podéis perder un paseo por las playas. Para empezar porque es impresionante ver pasar los aviones tan cerca que a veces crees que puedes tocarles con las manos…Y después porque hay varias, para distintos tipos de público y todas muy curiosas…En los días calurosos, los 14 kilómetros de arena dorada están abarrotados, así que si el tiempo os acompaña, tendréis terreno donde elegir. La playa de ‘Metzitzim’ es muy familiar. Lo más curioso de ella es su nombre que procede de una exitosa comedia de 1972 titulada ‘Hof Metzitzim’, mirón de playa. La de ‘Nordau’ es la más religiosa de la ciudad. Las mujeres pueden usarla los domingos, martes y jueves y los hombres los lunes, miércoles y viernes. Prestad atención a esto porque si somos invitados de un país, tenéis que intentar ser respetuosos con su cultura y con sus reglas.
Otra playa muy interesante es la ‘Hilton’ llamada así por el hotel que se ubica cerca. Ésta a su vez se divide en tres partes: la habitualmente utilizada por la comunidad gay, la que usan los que van a pasear al perro y la de los surfistas. Un solo vistazo os servirá para identificar a cada una de ellas…Y un solo paseo os mostrará la convivencia pacífica de las distintas comunidades que cohabitan, aunque no siempre se mezclan.
No es raro que en las playas encontréis wifi, y podáis estar permanentemente conectados. De hecho eso es algo que sorprende mucho de Israel: Hay internet por todos los sitios, en los autobuses, en la calle, en la playa, y por supuesto, en los cafés y restaurantes; y con bastante potencia, por cierto. Tel Aviv es una ciudad permanentemente conectada y muy sensibilizada con la nueva realidad digital que nos ha invadido. Apuesta por las nuevas tecnologías como lo demuestra su apoyo a los emprendedores de este negocio. El Ayuntamiento ha puesto en marcha un proyecto que financia durante 6 meses las 10 mejores propuestas de ‘startups’. Con esta y otras medidas han conseguido que sea la capital con más aplicaciones ‘per capita’ del mundo: una por cada 300 habitantes… Su lema es ‘cada idea te puede hacer millonario’ y el resultado son miles de personas trabajando en el sector. ¡Vamos lo que podríamos llamar una ‘startups frienly’ en toda regla!…
Y de las ‘startups friendly’ a las ‘bike frienly’... Se puede recorrer toda la ciudad por 3 euros al día. Y no será por falta de puestos porque hay hasta 180 estaciones en todos los barrios para poder subiros a una bici y comenzar a pedalear. El clima lo permite y es otra manera curiosa y rápida de recorrer sus calles y de apreciar por ejemplo, por qué la llaman ‘La Ciudad Blanca’. Su apodo viene del estilo ’internacional’ o Bauhaus que claramente predomina en las vías. Ninguna capital del mundo tiene tal cantidad de inmuebles de esa época, construidos fundamentalmente por arquitectos judíos que huían de los nazis. Líneas rectas, colores neutros, luz natural siempre que se pueda. No encontraremos casi nada que no sea necesario en los edificios de estilo internacional. Respetan la necesidad y la funcionalidad porque hay que construir rápido y barato. La simetría es importante. Aunque veremos algún que otro inmueble deteriorado, el conjunto es interesante y la UNESCO le premió con el título de Patrimonio Mundial en 2003.
Tel Aviv ‘la nuit’ da para mucho, pero comenzaremos con un lugar histórico, la estación de Trenes, la ‘HaTahana’. Fue la estación terminal de la línea Jerusalén-Jaffa que estuvo en activo desde 1892 hasta 1948. Después fue usada por los militares, pero hoy en día es un complejo comercial y de ocio en el que encontraréis muchísimo ambiente los fines de semana…¡Sobre todo si tenéis la suerte de coincidir con el festival de la cerveza!. Las tiendas se abren hasta tarde y a veces hay música en directo. ¡Puede ser un plan perfecto para pasar una noche inolvidable!. El ‘Vicki Christina Restaurant’ estuvo muy de moda y propone una selección de tapas curiosa. Si buscáis sitios más para tomar algo, echad un vistazo a ‘Mona’ y sobre todo a ‘Rothschild12’ una terraza montada en un edificio abandonado con muchísimo encanto y ambiente. ¡Es mi favorito!.
Un último consejo…Si vuestra intención es seguir disfrutando de la noche aprenderos esta palabra que seguro que os va a ayudar: ‘mesibah’, fiesta.
Tel Aviv es la perfecta puerta de entrada a un país tan desconocido como interesante. Un buen lugar para comenzar a tender puentes a una cultura que si bien es distinta a la nuestra, no nos es ajena del todo. Uno de los fundadores de Tel Aviv aseguró en 1909 que estaban levantando ‘la Nueva York de la Tierra de Israel’. Y hoy se puede decir que su profecía se ha hecho realidad porque se ha convertido en un centro cultural y de ocio indispensable de día y de noche…¡Bienvenidos a la Nonstop City!
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