La Ciudad Blanca
La capital de Yucatán es fascinante y cosmopolita. Está llena de cafés, parques y mercados al aire libre. Mérida es distinta porque dicen que las comunicaciones con el resto del país no fueron buenas durante mucho tiempo y eso ha hecho que haya conservado su personalidad.
La Capital Blanca se fundó sobre una ciudad maya, de nombre, "Tho", y hoy en día lo que queda es una mezcla de costumbres y tradiciones muy particular. Se conservan todavía importantes construcciones de la época colonial, espléndidas villas a lo largo y lo ancho del Paseo de Montejo. Casas de comienzos del siglo XX, que se remontan al boom económico de la producción de ágave.
La actividad de Mérida gira en torno a la Plaza principal, o Plaza Grande. Allí encontraréis la Catedral. Gradiosa y espléndida...Con uno de los cristos más grandes del país.
Allí está también la Casa de Montejo, la Mansión solariega de la familia del conquistador salmantino que en 1542 fundó la ciudad. Es un espacio muy interesante en el que además de ver lo que en la época se consideraban lujos traídos de todas las partes del mundo (lámparas venecianas, muebles de madera maciza, bordados filipinos y camas del más fino metal) podéis encontrar importantes exposiciones.
Allí también,El Palacio de Gobierno en cuyo interior contemplaréis increíbles murales del estilo mexicano...La mayoría de ellos abordan la historia del país y relatan cómo los mejicanos lograron su independencia tras sublevarse contra la esclavitud y la opresión.
Entre ellos éste que os enseño, particularmente curioso, en el que se ven los colores de la bandera mejicana.
El autor quiso representar la eterna lucha entre el águila y la serpiente, el bien y el mal, la lucha del pueblo oprimido y la liberación que finalmente consiguen...
Y luego, en cualquier calle encontraréis la vida de la ciudad...Veréis la actividad frenética propia de cualquier capital...Gente yendo y viniendo a toda velocidad...Esa es una de las partes que más me gusta de los viajes. Poder sentarse en cualquier sitio a observar a la gente.
Y también los instantes detenidos de muchos enamorados, que encontraréis en las particulares sillas que hay en el centro de la Plaza. Fijaros que son distintas...Preparadas para que dos personas se vean las caras, pero con las suficiente distancia como para que no se puedan tocar.
Los yucatecos han sabido integrar en sus costumbres celebraciones de otra época. Sabores, sonidos y colores de sus ancestros. Eso se puede ver, por ejemplo, en el centro mismo de la ciudadad. El lugar donde muchos días se baila el danzón. Es una especie de vals criolloque sobrevie hoy solo en méxico.
Los bailarines, los danzoneros, van vestidos siempre con guayabera, la camisa típica del caribe... Las mujeres con su traje típico bailan unos pasos codificados a lo largo del tiempo. El danzón estuvo a punto d desaparecer , pero ahora ha vuelto a renacer y está de moda en determinadas partes de México. El grupo hace exhibiciones del baile un día a la semana en el Zócalo, pero logran "gran éxito de público", como diría un castizo. Si tenéis oportunidad, no os lo perdáis, es muy curioso y revelador contemplar con qué orgullo mantinen sus tradiciones.
Y una última indicación...Las hamacas, si os gustan y tenéis intención de comprarlas, es el mejor sitio para hacerlo. Son de aquí y aunque los precios varían dependiendo de su calidad y material, estamos hablando siempre de cantidades muy asumibles: entre 300 y 600 pesos mejicanos. Por ese dinero las podréis conseguir de buena calidad.