El Misterio de los Manglares
Dice el diccionario que un misterio es algo recondito que no se puede comprender o explicar. Eso es lo que sientes cuando están viendo un manglar, un ecosistema desconocido para nosotros, pero absolutamente fascinante. Es un habitat propio de las latitudes tropicales que llama la atención con sus árboles, con forma de arbustos y grandes raíces.
Son muy llamativos cuando los ves por primera vez. Yo los descubrí en Sian ka'an, "el principio del cielo" según los mayas, una de las reservas naturales más grandes de todo el país. Un santurario natural habitado por multitud de animales propios de éste singular ecosistema que ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Aquí viven hasta 1200 especies de plantas y muchísimos animales, casi 2.200.
Es un sitio paradisíaco porque tienes la sensación de que aquí todavía no ha llegado el turismo y de que adentrarte en lancha por los manglares es hacerlo por un sitio que todavía está por descubrir. Por supuesto es una ilusión, pero hay que reconocer que cada vez son menos los lugares de la tierra que ofrecen esa sensación. Por los manglares de Sian Ka'an hay que adentrase en lancha o kayak para descubrir selvas bajas, sabanas, lagunas costeras de agua salobre, marismas, pantanos, praderas submarinas...Y manglares. Confieso que nunca los había visto hasta ahora y que he quedado prendada de ellos.
Los manglares forman un ecosistema que está en serio peligro. Son muy importantes porque, en palabras de mi guía Alfredo Kuri, son "las guarderías del mar". Representan una importante defensa frente a los huracanes y son los lugares a los que vienen los animales a desobar. En Sian ka'aan encontraréis los suficientes como para reconocerlos el resto de vuestra vida. Es muy emocionante ver un habitat diferente por primera vez.
Una vez que estéis dentro de la reserva y os subáis al barco no es difícil que tengáis la suerte de ver tortugas, avistar delfines y contemplar cómo sobrevuelan por vuestras cabezas cormoranes, pelícanos, y todo tipo de aves. No es díficil, pero recordad que la naturaleza es caprichosa y tiene sus propios ritmos que no se pueden forzar.
Una pequeña advertencia, no para disuadiros, sino para que lo tengáis en cuenta. En cualquier hotel de la zona vais a poder contratar un tour a Sian Ka'an. Es un trayecto que puede durar varias horas, hasta 4. Pero que eso no os asuste, merece la pena. Pensad que tomaréis contacto con una reserva protegida, uno de esos lugares que todavía parecen virgen. Como si la mano del hombre todavía no hubiera entrado. Así llegaréis a Punta Allen, un precioso pueblecito de pescadores en el que podéis comer tranquilamente o tumbaros en la playa. El final perfecto para una travesía llena de pequeñas sensaciones.