Es menos conocida y más pequeña que Karlovy Vary pero para mí incluso más bonita. Mariánské Lázne es la perla del triángulo balneario de la República Checa, un lugar por el que desfilaron Goethe, Chopin, Ibsen, Freud, Edison y hasta Mark Twain. Su época dorada ya pasó, pero el poder que algunos otorgan a sus aguas no. Hoy nos sumergimos en los ‘baños de María’ para sentirnos por unos minutos igual que el Rey de Inglaterra y el Emperador del Imperio Austrohúngaro que se encontraron aquí. ¿Vienes?
Seguro que Eduardo VII y Francisco José de Austria pasearon por la columnata que hierro tal y como lo haréis vosotros. No parece haber cambiado nada en esta estructura porticada que ha visto cómo los paseantes se han refugiado en ella de la lluvia y el frío durante décadas. Actualmente hay tiendas, algunas de recuerdos, y varios cafés. En temporada alta dos o tres conciertos para amenizar la estancia de los visitantes, sobre todo alemanes y muchos checos que se acercan a tomar las aguas del balneario. Las de esta zona son cálidas, de alrededor de 10 grados. Pegada a la famosa ‘Kolonada’ se encuentra la Fuente de la Cruz, la ‘Krízovy Pramen’, la primera que hubo en Mariánské Lázne y que continúa hoy dando servicio. El trajín de gente es constante, todos con las jarras típicas que llevan de un lado a otro.
En la fuente de la Plaza Central durante la temporada alta se producen espectáculos de luz y sonido varias veces al día. Mirad el horario, pero normalmente se repiten cada dos horas… Es una manera de pasar el tiempo en un lugar en el que todo está hecho para el disfrute: los pasteles, caseros, claro; las flores, de colores llamativos; los tratamientos de los balnearios, relajantes y aromáticos…Y aquí quería yo llegar. Intentad reservar porque la demanda es grande aunque no lo parezca. Hay meses enteros del año en los que se cuelga el cartel de ‘completo’, así que no os confiéis y probad experiencias como un pequeño masaje en la Cabina Imperial, o un baño en las piscinas de estilo romano del Hotel ‘Nové Lazne’
La primera es la Sala Original en la que se daba sus baños Eduardo VII. El Rey británico era un fan de los tratamientos checos, casi tanto como Carmen Sevilla de la Clínica ‘Buchinger’ podríamos decir. Vino hasta en 9 ocasiones, y al parecer en todas ellas perdió peso. En la primera de las ocasiones hasta 6 kilos en 4 semanas. Todo un milagro que quizá tenía más que ver con el ejercicio, jugaba mucho al golf, y la vida sana que llevaba en Mariánské Lázne. La Cabina original se conserva tal cual. Allí encontramos el peso en el que el Monarca británico controlaba sus avances estéticos y la bañera en la que se sumergía una vez que le habían calentado del agua del manantial. Por unos 40 euros podréis gozar de estos privilegios de Rey y disfrutarlos más que un soberano.
Ahora si sois de los que preferís placeres más modernos, animaros a probar las sesiones de oxígeno del ‘Maria Spa’. El tratamiento se basa en gas seco que reduce la presión sanguínea y ensancha las venas. El tratamiento respiratorio, que a veces produce la sensación de encontrarse en una discoteca por el humo que se aloja en la parte baja de la sala, es reparador y permite una relajación completa. Claro que al hablar de los balnearios de Bohemia occidental, hay que mencionar también a otra pequeño localidad que es tan encantadora que tiene un viaje para conocer su ambiente y deambular por sus casas. Hablo de Frantiskovy Lázne. Sus edificios pintados de amarillo, sus fabulosos parques, sus estatuas y manantiales y los pacientes deambulando por cada rincón se ajustan mucho a lo que todos tenemos en la cabeza cuando hablamos de balnearios. Es un lugar tranquilo y sosegado y tiene una visita.
Sin embargo su fama nacional se encuentra en sus tratamientos de fertilidad femenina basados en ‘tundra’, un carbón vegetal con curiosas propiedades que lograr repoblar la vagina de microparásitos necesarios para la fecundación. Un tratamiento de 3 semanas puede ser suficiente para que muchas mujeres logren el sueño de su vida…Ya veis que hay curas para todos los gustos…