No necesitáis recorrer todo el país para saber cómo era Lituania hace un siglo. Aquí tenéis el museo etnográfico más grande al aire libre. Son 195 hectáreas en las que se pueden ver hasta 140 edificios de los siglos XVIII y XIX. ¿ Te resistes a comenzar el viaje? No lo hagas…Es fascinante
Porque merece la pena. El sitio en cuestión se llama ‘Rumsiskes museum‘ y se encuentra en la población del mismo nombre a unos pocos kilómetros de Vilnius, y a 18 kilómetros de Kaunas, la otra ciudad lituana que debéis de conocer si habéis llegado hasta aquí. El museo hay que recorrerlo en coche, eso sí, porque como podréis imaginar las distancias son grandes.
El caso es que dentro veréis auténticos edificios restaurados donde se exhibe la herencia cultural rural de un país muy diverso. Las casas originales contienen enseres que han usado las personas que habitaron estas tierras. Toda la artesanía es original y francamente bonita. Fijaros en las colchas y en los visillos de todas las casas. Están hechos a mano y a mi, francamente, se me iban los ojos…
Si os gusta, en la puerta seguro que podéis llegar a un buen acuerdo con alguna de las lugareñas que se acercan hasta aquí cada día para intentar vender algo a los turistas que vienen. Hay turistas… y también hay colegios. En Lituania intentan mantener vivos sus rasgos de identidad y es frecuente encontrar autocares con colegiales dispuestos a corretear de casa en casa. Cada vivienda tenía un jardín y un establo que se encontraba en medio de la casa. A un lado, separado, por supuesto, la vivienda.
¿Lo mas llamativo? Las cruces de madera típicas de ésa zona que se exhibían en la entrada de las casas. Son preciosas esculturas en madera que han resistido el paso de los años a pesar de que la ocupación soviética intentó acabar con ellas.
¿Lo más singular? Los jardines. Las mujeres eran las potencialmente madres, así que en la puerta de la casa, cuando había hijas, se colocaban círculos. Y dependiendo de las flores que hubiera dentro y del color se podía saber qué edades tenían las mujeres de la casa y si estaban buscando novio, lo tenían o ya estaban casadas. Así sabían a qué atenerse los visitantes que estuvieran buscando mujer.
¿Los más ahorradores? Los habitantes de una región lituana llamada Suvalkija.
Dicen de ellos que eran prósperos y tienen fama de ‘agarrados’. Son, dicho sea con cariño, los catalanes lituanos. El primer hijo lo heredaba todo. El segundo se dedicaba al clero y el tercero a lo que podía, que se tenía que buscar la vida, vamos. De esta forma se aseguraban que la fortuna familiar no se dividía. Bueno, pues esto es lo que os puedo contar de éste curioso museo al aire libre que nació cuando un pantano hizo desaparecer a varios pueblos de la zona y que ahora se ha convertido en uno de los más vistos del país.