Linz, un paseo por la arquitectura más vanguardista
Si ayer nos paseamos por el Linz más tradicional e histórico, hoy lo vamos a hacer por el más vanguardista y moderno...Porque las dos caras de la misma ciudad conviven en sus calles. Y la primera parada es el Ars Electronica Center (AEC) ( www.aec.at ) : 3000 metros cuadrados de superficie dedicada a proyectos innovadores de arte y tecnología.
Su transgresión queda ya clara en el edificio, que de noche se ilumina con distintos colores que cambian cada segundo. Pero lo que más me ha llamado la atención es que se puede experimentar personalmente los avances que te presentan...Los más jóvenes tienen la oportunidad de, por ejemplo, fotografíar su sombra para luego adherirla a las paredes.
Se pueden descubrir de manera interactiva muchas cosas del cuerpo humano, de cómo funciona el cerebro o el sistema nervioso, pero también se puede ver un robot por dentro y hasta cómo funciona el espacio. Ésta es quizá la película más impresionante de todas las instalaciones porque en el espacio en 3D del Deep Space se ven las estrellas como nunca.
Justo enfrente del Ars Electronica Center, pero al otro lado del Danubio, está su espejo en modernidad y distinción. Es el Lentos (www.lentos.at): Un museo de Arte Moderno que tampoco hay que perderse. Se puso en marcha en el año 2003 y desde entonces es un referente imprescindible del arte moderno en Austria.
Tiene el tamaño justo, con grandes autores y un envoltorio muy apetecible. Aquí encontraréis a Klimt, Schiele, Kokoschka...Autores todos ellos imprescindibles y con mucha fuerza
Pero también cosas como coches torcidos (que me aseguran que andan) o llenos de cristales
Coches distintos en una exposición temporal que te deja con al boca literalmente abierta. Seguimos el recorrido porque esa dualidad entre lo moderno y lo antiguo se ve muy bien en los edificios. Por ejemplo en la Bruckner Haus (www.bruckerhaus.at), una impresionante sala de conciertos que vista desde fuera sigue todos los paradigmas de la arquitectura de vanguardia.
Fue construido en 1974, daros cuenta de lo que supuso un edificio tan moderno hace 30 años, e inaugurado por von Karajan, y desde entonces es un símbolo de Linz. Esa dualidad característica de la ciudad se ve también en cómo se ha logrado fusionar lo mediedal y lo actual. El lugar en el que queda más patente es en el Castillo de Linz, el Schloss (www.landesmuseum.at).
Las vistas de la ciudad desde allí son maravillosas; y la combinación de las murallas, bastiones y elementos anteriores al siglo VIII con el acero y el cristal es sencillamente único. En el patrio se puede admirar la segunda maqueta más grande del mundo de una ciudad...
En definitiva, es verdad que ninguna ciudad austriaca puede competir con su capital, pero hay varias que merecen una visita. Ese es el caso de Linz, si os decidís a darle una oportunidad no os defraudará. ¡Probadlo! Merece la pena!.