Es la segunda ciudad más importante de la Región, y su belleza en invierno y verano es tan radiante que acabó siendo ‘la perla del Tirol’ en una conocida canción que se hizo muy popular en los años 70. Kufstein tiene gran encanto, mucha tradición y más historia. De ella da cuenta la fabulosa fortaleza que preside todo el pueblo, llena de muros misteriosos y recovecos interesantes. Hoy nos paseamos por esta población austriaca cuyos habitantes tienen por costumbre pedir la mano en un pasadizo diminuto…
Pero antes de hablar de amor en el siglo XXI, hablaremos del amor en la Edad Media y de lo larga que debía de hacerse la espera para las doncellas en esos tiempos. Ocurría en los muros del Castillo que preside el lugar a 500 metros de altura. Es un imponente torreón rodeado de gruesas murallas que data de la Edad Media, del siglo XII más concretamente. Su primera referencia procede de 1205, y tras pertenecer al Obispo de Ratisbona, fue reforzada en 1415 por Luis VII y conquistada en 1504 por Maximiliano I en 48 horas.
Con estos antecedentes a nadie le extrañará que el lugar fuera utilizado como cárcel. Si bien hay que decir que llama la atención la ‘excelencia’ de cada celda teniendo en cuenta la época de la que hablamos. Sabemos que a los prisioneros retenidos aquí no se les hacinaba. Cada uno tenía su espacio, 3 comidas al día y su retrete…Puede no parecer mucho, pero en aquellos tiempos en los que muchos presos morían o bien de hambre o bien de enfermedades resultantes del cautiverio, lo era.
La otra singularidad por la que es conocido este Castillo es por tener el órgano al aire libre más grande del mundo. Se escucha a 10 kilómetros de distancia. Se ha ampliado 2 veces y en la actualidad cuenta con 5.000 tubos que todos los días a las 12 de la mañana suenan durante 15 minutos para emitir una melodía, ‘la canción del camarada’, en honor de los caídos de la Primera Guerra Mundial. Lo construyó un ingeniero, Max Depolo, que vivió la contienda en los Dolomitas, y al volver quiso acordarse de los compañeros que no tuvieron la misma suerte. Tardó 4 años en conseguir el dinero necesario para ponerlo en marca, pero tras mucho esfuerzo lo consiguió…
La fortaleza, que cuenta también con curiosas casas de los siglos XVIII y XIX, recibe 200.000 visitas al año…Una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que fue un lugar frecuentado en algún momento por el Emperador Maximiliano. Posiblemente de época anterior son las brillantes armaduras que se exhiben de 80.000 euros la pieza, junto con los famosos esquís ‘Kneissl’ , fábrica que se ubicaba en las inmediaciones de Kufstein y que quebró. La ciudad tiene una visita…Es pequeña pero agradable…
Atención al arco que atravesaréis por una de las calles llena de tiendas. Es el ‘Auracher Löchl’, un pasadizo que corresponde al restaurante del mismo nombre…Muchas parejas contratan una cena en este estrecho espacio de poco más de un metro…Pero si os invitan, id preparadas…Es costumbre pedir la mano de tu novia o prometida en este ambiente tan íntimo. No os preocupéis porque el camarero solo aparecerá si le llamáis. Por cierto, también podéis aprovechar la discreta cama que se baja con polea en un rincón de las escaleras…Está todo pensado al milímetro para que vuestra pedida salga a pedir de boca…Y todo por un módico precio: 370 euros/noche si es en fin de semana.
Si la propuesta excede vuestro presupuesto siempre podéis invitarla a comer algo tradicional como un buen ‘schnitzel’ (el filete empanado austriaco) o un ‘gröstl’ (especie de guiso con carne y papatas) y acabar la noche en en ‘Gin Stollen’, la taberna más antigua de Kufstein. Excavada en los acantilados, bajo el Castillo, tiene más de 500 años de antigüedad y 900 tipos de ginebras que degustar…Buena manera de finalizar la noche…Si te dice que sí, brindas con ella…Y si te rechaza, te tomas un par de copas a su salud. ¡Chin-chin!.