KLIMT, EL ESPLENDOR DEL GENIO
Seguimos en nuestra particular ruta por Viena para disfrutar de la obra de Klimt en éste año de conmemoración (150 años de su nacimiento). Hoy os llevo al museo en el que se puede cotemplar la mayor colección del mundo de cuadros del artista. (www.belvedere.at )
Se trata de un sitio muy especial porque es un palacio afrancesado en el que vivió un hombre repudiado en el país de su madre: Eugenio de Saboya. El maravilloso Belbedere fue mandado construir por él y actualmente conserva una impresionante colección de arte. La verdad es que su misma entrada es una auténtica obra maestra.
Por lo pronto, disfrutad del entorno. Los jardines que separan el Belvedere Interior, donde se hacía la vida diaria, y el Belvedere Superior, reservado para las fiestas, son estupendos. Proyectados por un discípulo de Le Notre, el jardinero de Las Tullerías,y con un emplazamiento único invitan a pensar que era el mejor sitio que se podía encontrar en esa época en Viena para disfrutar del verano.
Es aquí donde se contempla la obra más internacional de Gustav Klimt: "El beso"...Y como todos los grandes iconos del arte es fácil encontrarla...Solo hay que seguir la estela de turistas que miran con rapidez entre las salas buscando algo hasta que lo encuentran.
Después llega la aglomeración y la necesidad de planear una estrategia para acercarse a la obra... Y entonces ahí está: estupenda y espléndida. Maravillosa...Desplegando todo el encanto y el genio del autor. Lo primero que llama la atención son sus colores, intensos, poderosos... Y después está la fascinación del oro. No sabría decir cuántos matices dorados utiliza Klimt para construir ésta estampa, pero son muchos. No hay que olvidar que como hijo de orfebre, conoce muchas técnicas que le son ajenas a otros pintores. Hay que lograr abstraerse del entorno y concentrarse en ese beso mágico hasta que el cuerpo y la mente siente el placer de la obra en todo su esplendor . Entonces se entiende el misterio que rodea al cuadro desde hace años. Hay que seguir todavía en esa misma sala porque alberga impresionantes obras, aunque sea ésta la que roba el protagonismo a las demás.
Y al lado se encuentra otra de las obras más conocidas de Klimt y personalmente la que más me gusta: "Judith I" o Judith y Holofernes. Es un cuadro más pequeño de lo que yo me lo esperaba, pero maravilloso y con un magnetismo especial. Nos presenta a una mujer poderosa y descarada, personal y sexualmente, que sin pudor de ningún tipo exhibe la cabeza del líder que acaba de asesinar para salvar a su pueblo. En la misma sala "Retrato de Fritza Riedler" y algunas de las codiciadísimas pinturas que la alta burguesía de la época. Tomaros vuestro tiempo. Descubriréis a un Klimt diferente pero absolutamente genial también. Otro punto al que acudir, imprescindible en el 150 aniversario, es El Friso de Beethoven.
Restaurado recientemente, son tres muros pintados por Klimt a mayor gloria del compositor de música (atención al beso del final, precedente del famoso cuadro), original y diferente. Dentro eso sí de otra obra arquitectónica de primera categoría, de la que hablaré en otro post.
En definitiva, tenéis que ir a Viena en algún momento de éste año. Consultad las exposiciones del momento porque hay varias pendientes de inauguración relacionadas con éste genio universal que fue Gustav Klimt
Veréis que la ciudad entera recuerda ésta efemérides por todo lo grande: todo tipo de recuerdos, carteles y hasta pasteles en honor de éste hombre nunca se casó, siempre vivió con su madre y 2 hermanas solteras, aunque tuvo 6 hijos reconocidos con distintas mujeres, e infinidad de amantes. Los genios son así!