Las alhajas más preciadas de la región no son desde mi punto de vista pidras caras o pesado oro, son los distintos pueblos que vas encontrando a lo largo de la ruta y el camino y que sin embargo guardan un tremendo encanto. Una esencia que pervive con el paso de los años y que ha atrapado a muchos famosos franceses que tienen casa por la zona. Una de ellas es la novia, ex novia, compañera ocasional, amiga con derecho a roce o lo que sea del presidente francés, Julie Gallet. ¿Me acompañas a descubrir esas ‘joyas’?
Comenzaremos por LAVARDENS. Un precioso pueblo que figura entre los más bonitos de Francia. Allí encontraréis un elegante castillo cuyo origen está en una fabulosa fortaleza del siglo XII que se ha construído y remodelado en distintas etapas. Se trata de un fabuloso edificio que en la época post revolucionaria fue vendido por trozos a los vecinos del lugar.
Cada familia vivía en una habitación. Las estancias siguen casi intactas, aunque ahora acogen en su interior una interesante exposición de un artista nacido en Toulousse. Es Jean Louis Toutain, un escultor cuyo trabajo puede recordar en cierta forma a Botero, por lo menos en cuanto a su gran personalidad. Toutain propone el negro como color predominante de su obra escultórica porque lejos, dice de ser un “no color, el negro reúne todos los colores”. Otra pequeña-gran joya del Gers es LECTOURE, preciosa ciudad erigida sobre una colina de piedra calcárea blanca como la leche, de ahí su nombre. Debajo de la catedral encontraréis unos altares de sacrificio torobólicos muy interesantes y sobre todo muy poco vistos. Lectoure organiza un festival de fotografía que reúne a innovadores fotógrafos. Las exposiciones tienen lugar en edificios de rancio abolengo, que diría un castizo, con lo que a mezcla es muy moderna e interesante. Aquí escuché toda la historia de una familia de que había oído hablar en numerosas ocasiones durante la visita, se trata de los Armagnac.
La casa Feudal de orígen español fue todopoderosa en las bastas tierras del Gers, Aveiron y la Borgogne. Su influencia se extendía a lo largo y ancho de media Francia, pero como todas las familias de estas características su borrachera de poder les llevó a enfrentarse con reyes, señores feudales y demás poderes fácticos de la época.
Pasead y disfrutad de ésta preciosa población que tiene mercado los viernes. Y no os perdáis, al final de la calle principal, el fabuloso Hospital del siglo XVIII reconvertido en zona de anticuarios. Antes de ser lugar de curación aquí se encontraba el Palacio de los Armagnac, con eso os lo digo todo. Hace un año y medio todavía funcionaba como Hospital por lo que no extrañará reconocer por ejemplo el mostrador de recepción rodeado de obras de arte modernas y antiguas que dan al lugar un toque especial de tiempo detenido.
La oficina de turismo es Lectoure es muy activa. Organizan ‘balade chanté o conté’, es decir paseos cantados y contados diríamos, dramatizados de pasajes literarios. Aunque su ‘producto’ estrella es la randoné gourmande. Una jornada de excursión y comida por el campo disfrutando de lo mejor de la tierra: el paísaje y el producto, y todo ello acompañado por lugareños o turistas dispuestos a pasarlo bien. ¿Suena bien, verdad?.
De Lectoure a otra joya arquitectónica en el sentido más literal de la palabra, LA ROMIEU. Es un pueblo encantador que forma parte del Camino de Santiago francés que pasa por el Gers. La Romieu es famoso por Angèline y la leyenda de los gatos que habla de una joven con gran amor por estos animales. Les protegió cuando era normal comérselos y les escondió cuando la gente del lugar los quiso matar. A cambio, los gatos a los que Angéline salvó la vida después libraron a la villa de una plaga de ratones que los hubiera dejado muertos de hambre. En honor a ésta leyenda todavía se puede ver en La Romieu alguna casa con gatos en sus ventanas y por La Plaza Principal. Algunos artistas han querido rendir homenaje a ésta joven amante de los gatos que determinó la historia de su pueblo.
Además de ésta leyenda La Romieu es conocida por su impresionante Colegiata. Patrimonio Mundial de la Unesco es un edificio sin igual que no os debéis perder. El Priorato fue fundado en 1062 por dos monjes que volvían de peregrinación de Roma.
De hecho el nombre de ‘laromieu’ significa peregrino de Roma en gascón. Alrededor del priorato se instalaron los primeros habitantes. Arnaud d’Aux de Lescout fundó el conjunto colegial hacia 1265. Formaba parte de una rama menor de los Condes de Armagnac, su primo fue le primer Papa de Avignon.
El fabuloso edificio es un ejemplo notable de la arquitectura del Sur de Francia con su nave única, su convento y sus dos torres, una de las cuales conserva todavía una doble escalera. Una última indicación imprescindible para daros a conocer las joyas más exquisitas de Gers: se trata de La Abadía de FLARAN. Es una de las Abadías cistercienses mejor conservadas del suroeste de Francia. Hoy día también hace funciones de Centro Cultural Departamental, pero a vosotros os interesará por sus espacios y también por la exposición permanente Simonow consagrada a los maestros del Arte Europeo del Siglo XVI al XX.
Hasta aquí el rápido repaso a esos pequeños lugares que os podéis encontrar en los caminos gascones. Son lugares muy interesantes y cada uno de ellos bien vale un viaje a la zona, así que imaginaros si todos los tenéis a pocos kilómetros los unos de los otros. Un placer que hay que aprovechar. ¡Buen viaje a Gers!
CONSEJOS
Recordad que Air France os lleva hasta Toulouse en poco más de una hora. El vuelo es fácil y si no fuera por lo engorrosos que se han convertido los aeropuertos últimamente sería más rápido que ir en metro a cualquier parte de Madrid. www.airfrance.com