Es una de las ciudades más conocidas del mundo…y la segunda receptora de turistas de toda Francia, sólo superada por París. Niza es una ‘ville’ cosmopolita y seductora que esconde mucho más de lo que parece y que invita constantemente a volver. Aquí van algunos consejos para disfrutar de la ciudad de la Costa Azul con más luz propia.
SU ZONA VIEJA
Es el barrio en el que puedes perderte durante horas …o días. Cada edificio guarda en sus ladrillos el paso de la historia y el encanto de aquellas estructuras que han vivido mucho. Decenas de tiendas ofrecen todo tipo de productos de calidad, desde los artesanales como jabones o esencias hasta los culinarios como aceites o especias traídas de medio mundo. Por su ubicación excepcional Niza es un punto de encuentro privilegiado a lo largo de la historia. Entre los Alpes, la Provenza e Italia, la ciudad francesa es una mezcla única en la que se oye tanto francés como italiano y en la que todas las calles aparecen escritas en el idioma galo y el dialecto provenzal.
SUS CAFÉS Y RESTAURANTES
Son diferentes por su ambiente y por su singularidad. Los nizardos tienen fama de ser expertos en el arte de vivir y como muestra un pequeño botón: las cafeterías no tienen ‘take away’. Pedí un café para llevar en unas cuantas del centro y no lo conseguí en ninguna. Ni siquiera tienen vasos de plástico para dártelo. Todavía recuerdo la cara de estupefacción de las camareras cuando se lo pedía, en francés, por lo que sé que me entendían perfectamente. Estos establecimientos tampoco tienen sillas en las barras dentro de los locales. Son todo terrazas. Ellos no conciben beber un café sin estar sentado, a ser posible en la calle, y disfrutándolo al cien por cien.
Degustar la cocina nizarda también es obligatorio. Tiene una identidad propia que defienden con orgullo. De gran influencia italiana, por su proximidad y por su historia, no podéis dejar de probar la socca, una tortilla preparada con harina de garbanzos que recién horneada y crujiente puede parecer el mejor de los manjares. La ‘farci nicois’ es otro plato típico y compuesto por verduras rellenas con tomate, cebolla o calabacín. En casi todos los restaurentes de comida tradicional os ofrecerán la ‘ensalada nizarda’ a base de atún, huevos y anchoas o la ‘ratatouille’, una especialidad de la Provenza en general y de Niza en particular elaborada con diferentes hortalizas…Un plato sencillo y campesino, pero a la vez sano y delicioso.
SU MERCADO DE LAS FLORES
‘Cours Saleya’ es una de las plazas más animadas de la ciudad y es aquí donde no os podéis perder el mercado de las flores. Se podría estar horas y horas revoloteando por los puestos hipnotizados por la belleza de los ‘bouquet’ que preparan las floristas. Las plantas forman enormes hileras esperando al comprador al que alegrarán su casa; y una no puede evitar pensar que es una pena no poder llevarse en el avión tamaña preciosidad.
En la misma plaza podréis ver también los lunes el otro mercado de fama nacional de Niza, el de las frutas y verduras. Ha sido seleccionado por el Consejo Nacional de Artes Culinarias como uno de los más pintorescos del país por la singularidad y calidad de sus productos de proximidad. Recorrer los puestos de telas de rayas es asegurarse que te va a entrar el apetito…
SUS MERCADILLOS
Hay otro tipo de productos que podréis encontrar en los mercados: las artesanías. En la misma ‘Cours Saleya’ o en la ‘Place du Palais’, al caer la tarde, comienzan a colocarse ya los primeros puestos de bisutería: pendientes, anillos y pulseras de todo tipo de tejidos y materiales originales confeccionados a mano. También hay originales bolsos confeccionados con telas floreadas o en ‘Toile de jouy’. La lista de productos es interminable, así que tomaros vuestro tiempo para cambiar impresiones con los vendedores y elegir bien vuestros regalos y recuerdos.
SUS JARDINES
Abundantes y frondosos, el clima favorece la proliferación de zonas verdes excepcionales. 300 hectáreas la convierten en una de las ciudades francesas con más jardines privados y también urbanos. La aristocracia europea que en del siglo XIX descubrió la Costa Azul tiene gran parte de culpa de ello porque al instalarse en sus palacios, importaron también especies de plantas y árboles de allende los mares. Las primeras fueron las palmeras de la Promenade des Anglais sin las que hoy nadie concibe el paseo marítimo.
Otra zona verde de innegable encanto e ineludible visita es el parque de la colina del Castillo. Aunque la fortaleza fue completamente destruida por las tropas de Luis XIV, actualmente es un área de paseo o picnic que tiene unas excepcionales vistas sobre la ciudad, el casco viejo y el puerto. No os canséis en la subida, hay un ascensor gratuito que funciona casi todo el día
SUS PLAYAS
Lo primero que sorprende es que estamos hablando de playas de canto, no de arena, lo que a mi entender las hace todavía más fascinantes porque cuando te acercas a la orilla, oyes cómo las olas forman preciosas melodías al chocar con las piedras. Quizá por inesperado me pareció especialmente hermoso. Niza tiene 7 kilómetros de playas, pero cuidado con dónde os acopláis porque 15 de ellas son privadas; También tendréis la posibilidad de comer, cenar o merendar a la misma orilla del mar en el ambiente más exclusivo que se pueda imaginar. Si sólo pretendéis disfrutar de la ciudad lo mejor es pasear por la famosa ‘Promenade des Anglais’, un paseo marítimo que debe su nombre al reverendo Lewis Way que lo hizo construir en 1820. Le encontraréis muy animado a cualquier hora del día. Los pintores y artistas se instalan a lo largo de él dando un ambiente bohemio y sugerente.
El paseo os llevará, casi sin buscarlo al Negresco, un célebre hotel construido a principios del siglo XX por Niemans para el rumano Henri Negresco. Se trata del único palacio-museo de Niza que es Monumento Histórico desde 2003 y está catalogado entre los más bellos alojamientos del mundo. Es por supuesto, un Hotel 5 estrellas al que no podréis acceder debido a la privacidad que exige su clientela, que normalmente tiene una importante cuenta bancaria. Verle desde el exterior, sin embargo, es ya un privilegio que permite soñar con la cantidad de historias que guardan sus más de 120 habitaciones y 24 suites.
SU CLIMA
Es la razón de que durante décadas todo el mundo quiera instalarse aquí independientemente de la época del año que sea. Abierta al mar, la ciudad también está protegida de los vientos por las colinas que la rodean, lo que hace que el clima sea siempre suave. En invierno hay quién dice que es posible desayunar en mangas de camisa en la terraza; y en verano la brisa del mar refresca el ambiente incluso durante el día haciéndolo muy agradable. Y eso sin necesidad de coger alguno de los pequeños catamaranes que se pasean por la costa cada día. El trayecto es muy agradable y sirve, tanto para descubrir los pueblos más recónditos de la región como para saber qué famosos tienen o han tenido casa en la zona.
ESTÁ A UN GOLPE DE AVIÓN
Iberia Express vuela a la ciudad al menos 4 veces por semana a precios muy asequibles, así que esa no puede ser la excusa para no plantearos un viaje de fin de semana o incluso de más días. En dos horas estaréis en Francia disfrutando de una ciudad con fama bien ganada de dominar el arte de vivir a placer. ¡Bon voyage!