Son diferentes porque seguro que muchas de vosotras no habéis pasado tiempo descansando en un río navegable…Subiendo y bajando exclusas y atracando en lugares de naturaleza brillante en los que el tiempo se detiene…Hoy os propongo una escapada veraniega de turismo fluvial…Nos vamos al Departamento de la Sarthe desde donde zarparemos rumbo a lo desconocido. ¿Me acompañas?
Antes de levar el ancla, varias recomendaciones a tener en cuenta: La primera, lo ideal, incluso si vais con amigos, pareja o niños, es llevaros con vosotros unas bicicletas en el mismo barco. Os darán mucha más movilidad y os permitirán hacer excursiones a vuestro aire. La segunda es que reservéis con anticipación vuestra embarcación. Son limitadas y a veces la demanda supera con creces la oferta, así que no lo dejéis demasiado porque os podéis encontrar teniendo que cambiar vuestros planes a última hora…Entre las empresas que hay os recomiendo ‘Anjou Navigation’. Tienen 16 modelos de barcos distintos para un máximo de 12 personas…Son embarcaciones con todas las comodidades a bordo y mucha fidelidad de sus clientes, el 50% de los que han probado la experiencia repiten…
Ahora sí que comenzamos nuestro viaje en Sable sur Sarthe, por ejemplo; un precioso pueblo dominado por un fabuloso Castillo al que se llega fácilmente en tren con la Renfe francesa, la SNCF…Levamos anclas al final de la tarde, cuando los rayos de sol se proyectan sobre el Río Sarthe. La temperatura, la luz y la naturaleza que nos rodea hacen que ese momento sea envolvente y especial. Salir de una gran ciudad y zambulliste en el campo es la mejor manera de conectar con uno mismo, . de evadirse de una realidad a veces estresante y acelerada. La naturaleza pone todo en su sitio y obliga a mirar el entorno.
Tras un buen rato de navegación, nuestra primera prueba con la esclusa. No es difícil pero hay que entender cómo funciona el sistema de compuertas. Se abren las primeras para introducir la embarcación, se cierran y a continuación se mueve enérgicamente la manivela para levantar las otras cancelas y permitir que entre el agua hasta que se eleve el nivel suficiente. Insisto, es cuestión de pillarle el punto, aunque es todavía más accesible si llevas los capitanes que yo tuve: Raphäel y su hijo Martin, un precioso niño de 6 años que quiere ser muchas cosas de mayor pero que de entrada ya es un gran aprendiz de marinero que lleva el timón con más tino que muchos adultos.
Primera parada, Solesmes y su fabulosa Abadía. El atraque es perfecto, a los pies de un imponente templo al que peregrinan, ahora como en la Edad Media, los amantes del canto gregoriano. Alrededor de una cuarentena de monjes de la Regla de San Benito residen actualmente en este imponente edificio pegado al río que tiene aspecto de fortificación. Las misas son totalmente cantadas, lo que resulta sorprendente…Ya no se puede ver casi en ningún sitio…Los religiosos salen de una puerta lateral a la hora de los oficios y se colocan ordenadamente en el coro. Periódicamente hacen reverencias y continúan con sus oraciones. La oscuridad del interior de la Abadía, lo alargado del crucero y las imponentes figuras que se divisan en los laterales de San Pierre, envuelven al turista que se siente en un ambiente de película. Es imposible no acordarse de Sean Connery en ‘El Nobre de la Rosa’ transitando por los pasillos.
Atención a los grupos escultóricos de los laterales. Son los llamados ‘Santos de Solesmes’. Gran parte de los archivos del lugar desaparecieron durante la Revolución Francesa, así que es imposible saber quién en su autor. Lo que sí está claro es que se pagaron con la donación de algún feligrés anónimo ya que su coste excedía, y con mucho, lo que producía el trabajo de los hermanos en aquella época.
Continuamos nuestro viaje al día siguiente llegando hasta Avoise. Cuando os deslicéis por la Sarthe, en francés los ríos son bellos y delicados por lo tanto femeninos, recordad que detrás de los arboles y arbustos se esconden pequeños palacios y castillos que todavía hoy en día están habitados. No son ostentosos, no deslumbran con su fastuosidad, pero sí con su encanto. Al parecer los nobles que buscaron refugio en el ‘Pays de la Loire’ huían del lujo, por eso casi todos los castillos que te encuentras en la Riviera son de tamaño ‘humano’ y apetecibles, de esos de los que piensas: ‘yo viviría aquí una temporadita’…
Avoise, siguiente punto de nuestro destino, puede ser una buena opción para tomar las bicis y ‘echaros’ al campo. Dependiendo de vuestro tiempo existen varias posibilidades: en Asniéres-sur-Vègres encontraréis una casa señorial rehabilitada en museo, Le Manoir de la Cour. Es un edificio del siglo XIII sucesivamente ampliado, en el que vivía el Señor del lugar, el propietario de todas las tierras de los alrededores que no eran pocas…Actualmente se ha convertido en un museo interactivo que permite a mayores y pequeños hacerse una idea de cómo se vivía en la Edad Media por estos contornos. La planta baja estaba destinada a los almacenes y a las actividades más económicas. La superior se dedicaba a la vivienda del noble que tenía también importantes vínculos y cargos dentro de la Iglesia.
Parada curiosa si os interesan los jardines y las flores es el ‘jardín mosaïque’, un pequeño parque ecológico en el Valle del Río Sarthe. Proyecto personal de Philippe Grandery y su mujer Khady, lo comenzaron hace ya 11 años comprando un terreno en el que actualmente hay 250 plantas de diversos tipos que crecen sin ningún tipo de fertilizante.
Y si sois amantes de la cerámica no os podéis perder la de Malicorne. En su museo se explica el complicado proceso que justifica su alto precio y su valor artístico. Las 5.000 obras hacen un repaso de los 300 años de historia de esta loza caracterizada por sus rejillas y sus dibujos florales, aunque en un recorrido rápido por el recinto queda clara su versatilidad: hay platos y material de cocina, pero también fuentes de patio y hasta colecciones de figuras.
La ciudad de Le Mans os espera con los brazos abiertos y con muchas sorpresas, sobre todo porque pronunciar su nombre y acordarse del Gran Premio del motor es todo uno…Sin embargo tiene mucho más ofrecer: para empezar un casco antiguo enorme y muy bien conservado, tanto que en él se han rodado más de 30 películas, entre ellas ‘Cyrano de Bergerac’ y el ‘Hombre de la máscara de hierro’, pero eso lo dejo ya para otro capítulo…
Os recuerdo que el norte de Francia no está lejos ni es caro…Easyjet tiene vuelos semanales a un precio muy económico. Después, desde el mismo Aeropuerto Charles De Gaulle, un tren de la SNCF os dejará en poco más de dos horas en cualquier de los puntos en los que queráis iniciar el recorrido. Son unas vacaciones distintas e inolvidables. En contacto con la naturaleza, con los amigos o la familia y el patrimonio de una región de la que seguro que os enamoraréis.