Cosas que no sabías del Mont Saint Michel

telecinco.es 16/05/2016 12:05

No está ni en el mar ni en la tierra…Suspendido en el aire, rodeado de mareas, arenas movedizas y cielos cambiantes, el Mont Saint Michel es lugar sagrado de peregrinación desde hace siglos. La Abadía es el segundo monumento más visitado de toda Francia, solo detrás de la Torre Eiffel, pero ni siquiera las hordas de turistas que a diario lo abarrotan pueden arrancarle ese halo de misterio, ese magnetismo que desprenden los lugares llenos de historia entre cuyos muros se ha vivido intensamente todo tipo de historias. Los peregrinos llegaban aquí después de hacer frente a innumerables peligros: mareas que subían y bajaban dos veces al día, arenas movedizas que se tragaban hombres y niebla que les desorientaba hasta perderlos en el mar. Siglos después de su construcción, el Mont Saint Michel conserva su magia intacta…

TODO EMPEZÓ CON UN SUEÑO…El que tuvo el Arzobispo de Avranches en el siglo VIII. Dice la leyenda que se le apareció San Miguel en sueños y le ordenó construir una iglesia en el Monte llamado Tombe dedicada al Arcángel. Muchas debían de ser sus ocupaciones porque no hizo caso al mandado, así que el sueño se repitió. El segundo tampoco surtió efecto y en el tercero apareció con un agujero en el cráneo. Se diera por aludido o no, el caso es que fue entonces cuando se dieron las órdenes pertinentes para levantar este lugar que ya los galos adoraron dedicándolo al dios del sol y en cuyos alrededores emplazaron un cementerio. Al principio fue una pequeña iglesia que arrasada y reconstruidas más tarde en sucesivas ocasiones. El monasterio conocido como de ‘la Maravilla ‘ fue terminado en 1228 y aunque hubo que fortificarlo para impedir su toma, logró mantenerse sin conquistar a pesar de los continuos ataques de los ingleses hasta nuestros días.

FUE PRISIÓN DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA. Quizá porque era el lugar perfecto para meter aquí a los prisioneros y olvidarse de ellos, lo cierto es que quedó totalmente destrozado después de este periodo. Víctor Hugo escribió que Saint Michel ‘era un sapo en un relicario’ queriendo explicar que todo lo que había entre las murallas del peñasco cuando desaparecieron las rejas, estaba en un estado calamitoso. Las estancias se convirtieron en celdas después de realizar las particiones oportunas para que cupieran cuantos más condenados mejor. Afortunadamente la fortaleza del lugar era tal, construido con piedras talladas del Mont Tombe, que fue posible su recuperación…Hoy apenas quedan restos de su pasado más negro.

HOY EN DÍA LA ABADÍA ESTÁ HABITADA POR MONJES…En concreto 7 mujeres y 5 hombres de la orden de los Benedictinos, que tienen que trabajar para vivir, cada uno en lo que sepa. Al parecer hay una arquitecta que acepta los proyectos que la encargan, hay otra antigua ‘broker’ que se alejó del mundanal ruino para refugiarse entre estas paredes…Los hay que hacen miel, otros iconos religiosos que se venden en la tienda oficial… Y así cada hermano y hermana con su historia a cuestas…Una vida que dejaron atrás cuando atravesaron las paredes de estos muros…

Nosotros nos encontramos a una de ellas vestida con su hábito durante nuestro trayecto, pero no es difícil verlos porque cada día utilizan la Iglesia de la Abadía para celebrar misa. A los oficios puede entrar cualquiera, solo es necesario conocer los horarios: laudes a las 7de la mañana, ángelus a las 12 y vísperas a las 6 y media de la tarde. El presidente Chirac permitió que la comunidad religiosa volviera a viviera aquí en el año 2001, no antes. Además de los religiosos, 10 personas en total que trabajan en la Abadía viven permanentemente dentro de las murallas. Uno de esos habitantes es una mujer que cuenta casi 100 años y que nació aquí.

FUE CUARTO LUGAR DE PEREGRINACIÓN EN LA EDAD MEDIA, después de Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, por este orden. Actualmente el Mont Saint Michel recibe a más de 3 millones de turistas al año…Sé que la cifra puede asustar pero no os puede impedir visitar un lugar tan especial. Las mejores horas son la primera de la mañana o la última del día. Entonces las marabuntas todavía no han llegado (aunque no os descuidéis porque no tardarán) o ya han desaparecido, y será más fácil haceros a la idea de lo que suponía para los peregrinos atravesar la sala de los Guardias, la entrada fortificada de la abadía tras meses y meses de sortear peligros.

LA TORTILLA DE LA MÈRE POULARD, LA MÁS FAMOSA DE TODA FRANCIA. La creó una sirvienta que vino a pasar aquí una estancia con su señora y que se acabó casando con el panadero del lugar. Como los peregrinos aparecían a cualquier hora del día, necesita poder cocinar un plato rápido para paliar el hambre de los recién llegados…Y de esta forma se inventó una tortilla redonda cuyo secreto está en que los huevos se conservan a temperatura ambiente y en batirlos mucho, pero, ¡ojo!, porque ‘mucho’ quiere decir mucho más de lo que los batimos nosotros para hacer una tortilla francesa: hay que dejarlos a punto de nieve. El resultado es un manjar que tiene una especie de bomba de aire en la parte superior y que sabe a mousse de huevo. El primer restaurante que montó el matrimonio recibe a diario a cientos de personas para probar el sencillo y pequeño manjar de La Mère Poulard, tanto es así que es difícil conseguir sitio si no se reserva…

Es suficiente hablar cuatro palabras con la clientela para darse cuenta de que vienen de medio mundo para no perderse el plato tradicional del Mont Saint Michel. Pero la marca se ha ampliado y a lo largo del recorrido encontraréis tiendas de galletas de mantequilla bajo este nombre que ha atravesado fronteras.

LAS MAREAS DETERMINAN LA VIDA DEL MONTE IGUAL QUE HACE SIGLOS. Una de las actividades más populares y más privilegiadas para quien tenga tiempo es hacer alguno de los paseos guiados que se proponen a los visitantes a través de las marismas. Es importante ir siempre acompañados porque aunque parece una extensión plana y uniforme, no lo es…Hay que saber exactamente qué ruta se inicia y adónde nos va a llevar…Hace no tanto tiempo había gente que perdía la vida en caminatas que terminaban con el turista hundido en la arena. Ahora de vez en cuando hay que enviar a los equipos a rescatar a algún incauto que se aventura entre el mar con la marea baja sin ver los peligros de su imprudencia…La factura es a veces tan elevada que los gobernantes se están planteando cobrársela a los turistas …

Si hablamos de mareas hay dos cada 24 horas, pero algunos días al año, entre 10 y 12, el peñasco queda totalmente incomunicado durante 45 minutos. En ese tiempo ni siquiera en este siglo se puede entrar o salir del lugar…El mar, poderoso y ancestral todo lo cubre y al igual que ocurre desde hace siglos Saint Michel queda rodeado por agua. No está ni en el mar ni en la tierra…Suspendido en el aire, rodeado de mareas, arenas movedizas y cielos cambiantes, el Mont Saint Michel es lugar mágico desde hace siglos. Un lugar al que siempre querrás volver aunque hayas estado mil veces.

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