Estambul exprés
No hay ciudad en el mundo que se le parezca. Ni por su estampa, ni por su belleza, ni por su energía…Una y mil veces se podría visitar Estambul descubriendo en cada paseo algo distinto a lo que se había visto la vez anterior. Siempre en continuo cambio, en constante evolución, esta enorme metrópoli deseada por griegos, romanos y otomanos, conserva intacto su misterio. ‘La ciudad del Islam’ para Occidente, la ‘Polis’ para los Clásicos, no ha dejado de ejercer su embrujo siglo tras siglo entre los Europeos que la visitan fascinados con su personalidad. Conocer una urbe tan poliédrica es fascinante, pero lleva mucho tiempo…Si no lo tenéis, que no cunda el pánico…Hay que aprovechar las escapadas al máximo, así que hoy os propongo un paseo exprés por la exótica, magnética y bulliciosa Estambul.
CRUCERO POR EL BÓSFORO
Comenzamos dándonos un paseo por el Estrecho más famoso del Continente, el que une, o separa, según se mire, Europa de Asia. El Bósforo determina el carácter de la ciudad y también su historia. Subidos en el barco, con la espectacular Mezquita Nueva de fondo, ya comenzamos a percibir restos de la triple muralla que construida a lo largo de los siglos ha intentado proteger a la ciudad de los invasores. La forlaleza Rumeli levantada por Mehmed el Conquistador, el fuero turco que expulsó a los Cristianos, se yergue desafiante en la costa.
El barco navega por el cuerno de oro, el histórico estuario conocido como ‘Haliç’ que se vuelve dorado cuando cae la tarde. A su orilla, algunos de los edificios más hermosos y deslumbrantes de la ciudad. Para empezar la grandiosa ‘Torre de Gálata’, un mirador medieval construido por los genoveses y utilizado por los otomanos como puesto vigía. Se trata de una visita imprescindible para entender la geografía de Estambul y aprender a orientarse. Sus 9 pisos y 67 metros se pueden ascender después de que en los años 60 se hiciera una profunda remodelación tras los incendios y catástrofes sufridas en los siglos XVIII y XIX. La visión de la también denominada ‘Torre de Cristo’ se convierte en momento inolvidable si se hace a la hora de la llamada a la oración cuando toda la ciudad se paraliza con el lamento del muecín que resuena por doquier.
En nuestro viaje pasaremos por palacios, fortalezas, puentes y hasta ‘Yalís’, casas tradicionales de varios millones de euros. No son fáciles de encontrar, quedan pocas y están esparcidas sobre todo en la orilla asiática, pero son auténticos tesoros de madera. Sus primeros habitantes fueron familiares, ministros o allegados de los sultanes. Tras sus balcones se apostaban las mujeres que no podían salir a la calle sin compañía y veían la vida delante de su ventana. Hoy los propietarios son ricos hombres, en su mayoría de negocios, con residencias en Londres, París, Miami, Nueva York y…El Bósforo. El crucero atraviesa el famoso Hotel Kempinski o el Palacio de Dolmabahçe, construido por los mismos arquitectos de una mezquita reproducida en todas las guías, la de Ortakoy. Su peculiaridad reside en ubicación: a pie de agua y pegada a uno de los puentes que unen los dos continentes. Diseñada por la familia Balyan, arquitectos de origen armenio que sirvieron a 6 sultanes distintos, su estilo es más occidental que el que encontraréis en los barrios más vetustos. Estudiaron en Francia y acabaron trayendo a la metrópolis las tendencias estéticas occidentales de la época.
PALACIO DE BEYLERBEYI
Nuestra parada definitiva en esta ruta acuática será el Palacio de Beylerbeyi, residencia de verano de los sultanes. Fue Abdülaziz quién lo acabó de dar el toque definitivo que hoy tiene con sus 3 plantas, 24 habitaciones y 6 salas de estar…Personajes del renombre de Francisco José I, marido de Sissi o Eugenia de Montijo, la Emperatriz de Francia han dormido en estas habitaciones.
De la soberana española se han murmurado muchas cosas y hasta nuestros días ha llegado el ‘chisme’ de que enamoró completamente turco que la colmó de todo tipo de bagatelas. ¡Lo poco que cambian algunas costumbres a través de los siglos!...Cotilleos aparte, todo el cristal que contemplaréis es de Baccarat francés o de Murano italiano. Los jarrones, chinos; las alfombras, turcas de Hereke; y la porcelana de Yildiz, la favorita de Ataturk. Todo es original con casi 150 años de antigüedad…También la seda de la sala en la que se tomaba el té, la que servía para ver obras de teatro y pantomimas o el lugar insonorizado con paneles de madera en el que el Gran Visir se reunía con sus almirantes…Notaréis que en Beylerbeyi no hay calefacción porque como he dicho era el Palacio de Verano, muy húmedo en invierno, pero muy bien preparado para soportar las altas temperaturas del Bósforo en julio y agosto. Para eso se construyó la monumental sala de la piscina dotada de una gran fuente para poder meter los pies a remojo. La puerta principal por la que entraréis no es la única.
En el lado opuesto se encuentra la del Harén, el paraíso de las mujeres prohibido para los hombres excepto para el Sultán y los eunucos castrados. La fémina más importante de todo el Palacio no era la esposa ni las concubinas, tal y como pudiera dictar la lógica, sino la madre. Ella gobernaba en la sombra esa parte en la que las intrigas eran silenciosas y las peleas sordas. Escogía esposa, influía en la política del país, opinaba sobre visires y ministros y guardaba las espaldas del gobernante al que nunca sobraban personas de confianza. Estaba tan cerca que era su habitación la que se ubicaba físicamente al lado de la de su hijo.
LAS ALBÓNDIGAS DEL SULTÁN
Tras el delicioso Palacio, del que por cierto, no se pueden sacar fotos, reponemos fuerzas que ya se nos habrá hecho la hora de comer…Nos acercamos al centro y buscamos ‘Tahiri Sultanahmet’, el restaurante en el que aseguran hacer las albóndigas tal y como le gustaban al Sultán. Los ‘köfte’ son ricos y muy típicos. Encontraréis el establecimiento lleno de paisanos que llegados de fuera, no se resisten a probar la famosa carne aliñada como hace más de un siglo. Por aquí han pasado famosos patrios y extranjeros de todo tipo…Así que ¡buen provecho!
Antes de entrar en el Monumento más visitado de la ciudad, detengámonos en el Hipódromo Romano. Una explanada que llegó a acoger a 35.000 espectadores y en el que se celebraban desde carreras de caballos hasta lucha de gladiadores. Hoy en el centro se erige un Obelisco egipcio traído por Teodosio II que recuerda el fabuloso esplendor bizantino que dominó la ciudad durante siglos.
SANTA SOFÍA
Todo se ha escrito ya sobre este impresionante monumento que acaba los adjetivos del visitante. Santa Sofía para los cristianos, Hagia Sophia para los ortodoxos, Ayasofya para los otomanos, fue encargada por el gran Justiniano, consagrada como iglesia en el 537, convertida en mezquita por Mehmet el Conquistador en 1453 y declarada museo en 1935 por Atatürk. Su magnificencia impone y sobrecoge, sobre todo el magnífico Pantocrátor y el mosaico de la Virgen y el Niño custodiado por dos inmensos medallones con los nombres de Alá y Mahoma en los laterales. Este es el único lugar del mundo en el que las dos religiones mayoritarias están reunidas en apenas unos centímetros, y eso se debe a que durante la conquista de Constantinopla los símbolos cristianos no fueron destruidos. Se taparon con yeso que tiempo después se limpió.
Justiniano no levantó una Catedral a una Santa, dedicó este templo más bien a un concepto filosófico relacionado con la Sabiduría Divina. Y ha acabado siendo el más grande del mundo para los Ortodoxos y el tercero de más envergadura para los cristianos detrás de San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres. 10.000 esclavos trabajaron sin parar en 3 turnos durante 5 años. Las obras nunca se detuvieron. Hubo muchos muertos. La inmortalidad se cobró su precio, por eso hay que valorar cada detalle. El piso superior, reservado para las mujeres ofrece perspectivas distintas y fotografías inusuales. Santa Sofía está siempre de obras.
Su cúpula se ha caído varias veces debido a que Estambul es una zona que sufre constantes seísmos, así que si llegáis y nada más entrar divisáis andamios o telas, paciencia. Ocurre con frecuencia, pero ninguna obra o albañil os impedirá disfrutar de un edificio irrepetible que sigue cautivando a todo el que lo visita.
TALLER DE ARTESANÍA ARTE EBRU
La palabra viene del persa ‘ebr’ que significa ‘nube’. No se sabe muy bien dónde nació, pero el caso es que hoy es una de las manualidades más sencillas y populares en Turquía. El arte de vetear pintura en agua haciendo formas es una decoración habitual y sobre todo para vosotros, turistas ocasionales, una actividad divertida y relajante. Hay centros culturales, algunos muy céntricos como el de ‘Caferaga Medresesi’ (al lado Sultanahmet), que son un buen refugio para una tarde sin estrés.
No os preocupéis porque el profesor os guía en todo momento. Él os muestra en primer lugar la mejor manera de inventar formas y luego vosotros tomáis la batuta!!!!Blanco, negro, rojo, amarillo, azul y verde son suficientes para sumergiros en un mar de nubes y formas hipnóticas…
GRAN BAZAR
Y ahora nos vamos de compras hasta el que hoy llamaríamos centro comercial más grande de la ciudad antigua, el imponente Gran Bazar. Mucha gente se siente abrumada al entrar en este colorido y a la vez caótico mercado que comenzó siendo un almacén mandado construir por el ya conocido ‘Mehmet el Conquistador’ . En los últimos 5 siglos ha ido creciendo hasta convertirse en una enorme extensión con miles de comercios y 14 puertas de entrada.
No tengáis miedo de perderos, ahí está el placer. Es necesario entrar en más de un establecimiento, comparar precios, interactuar con los comerciantes y beber mucho té. Dedicad tiempo a explorar este Bazar irrepetible que está dividido en sectores dependiendo de la actividad: ropa, especies, alfombras,...
La avenida principal se encontraba totalmente plagada de imponentes joyerías que exponen en sus escaparates enormes collares que deslumbran a los ojos. Hoy esa misma calle tiene también chucherías varias para turistas. ¡Hay que dar gusto a todo tipo de clientes!.
TURKISH AIRLINES
La mejor compañía para ir a Turquía es sin duda la de bandera del país, ‘Turkish Airlines’. Tiene 14 frecuencias semanales entre Madrid y Estambul, 28 con Barcelona, 10 con Málaga, 7 con Valencia y 5 con Bilbao. 64 vuelos en 7 días desde las principales ciudades españolas…¡No hay más que elegir horario!.
Turkish se ha convertido en una de las compañías más importantes del mundo. En los últimos años su despegue ha sido estratosférico