Está por todas partes, sobre todo en verano. El buen tiempo saca a la gente a la calle, y a los músicos a pasear sus notas, estudiadas y trabajadas durante los meses de crudo invierno. Amsterdan, con buen tiempo, es música pura...Vamos a perdernos por la ciudad de los canales para repasar las casi imprescindibles citas que se pueden encontrar cada año en la capital de Holanda.
No es difícil que os encontréis con una cena musical en el Keizersgracht. Este año se cumplían 400 años del canal que lleva éste nombre y la celebración ha sido monumental. Dos impresionantes mesas de 80 metros de largo colocadas en los laterales permítían a los participantes en el evento disfrutar de una curiosa cena a la vez que desfilaban varias barcazas llenas de músicos.
Algunos famosos artistas del país no han querido perderse ésta celebración simpática y divertida. Ha sido algo popular, pero también muy bien trabajado. Se han creado varias composiciones específicas para el espectáculo que ha tenido, hoy fe de ello, un gran éxito en la calle.
Tampoco es raro que vayáis a tomar algo o a comer a uno de los barrios de moda, el NDSM Wharf, y el postre sea un concierto de piano con piezas modernas. Se trata de una de las partes de Amsterdam para mi más sorprendente...Son los antiguos astilleros de la ciudad, que después de su abandono se han recuperado para los creadores y los artistas. ( http://www.ndsm.nl/ )
Han proliferado los restaurantes, cafeterías y los espacios para disfrutar del arte como un antiguo angar de mercancía que ahora está lleno de contenedores dónde cada uno puede desarrollar su obra...
Todo es posible aquí, incluso disfrutar de un concierto de clarinete entre pequeñas embarcaciones que hay que reparar. Y de los sitios más alternativos y bohemios de la ciudad, a los más clásicos, porque es visita obligada, si os gusta la música, entrar dentro de la Concertgebown, el edificio de la Filarmónica de Amsterdam. Y fijáros que digo entrar. Si podéis escuchar música, mejor que mejor, pero os aseguro que solo poner un pie en la sala de conciertos de casi 2000 butacas ya produce escalofríos de emoción.
Por fuera el edificio parece un palacio, pero por dentro es un impresionante templo musical que conserva en sus paredes el secreto mejor guardado de las últimas décadas: su acústica...Solo se necesita dar una palmada desde una esquina para comprobar cómo el sonido se expande por toda la sala durante casi 3 segundos. En cualquier caso se trata de un lugar muy "vivido", en el que se ha escuchado a los mejores intérpretes del mundo desde que se inauguró en 1888. Por aquí han desfilado desde Mahler a Strauss, pasando por Cecilia Bartoli, Louis Armstrong o Sting. Con eso está todo dicho. ( http://www.concertgebouw.nl/ )
Cada año se celebran más de 900 actos y la visitan 700.000 personas. No os la podéis perder, la Concertgebown tiene una gran personalidad que se ha sabido mantener intacta durante más de un siglo de vida. Y en su especial camino por fundir lo clásico y lo moderno también encontré otra experiencia musical que no debéis perderos si tenéis oportunidad. ¿De qué se trata? Pues de Opera. Pero una ópera no muy larga, 45 minutos y no en una sala de conciertos, sino en un jardín.( http://www.museumvanloon.nl/eng/home.php )
Fue la sugerencia de un visitante y ahora el museo VAN LOON lleva 10 años poniendo en práctica la experiencia con gran éxito de público y crítica. Llenando casi en todas las sesiones y ofreciendo pequeños momentos inolvidables...Nada demasiado largo o pesado...Sencillamente 45 minutos de Opera sin interrupción, el tiempo ideal para disfrutar del champán, del jardín y de la música. Lo dicho, Amsterdam es música en verano, está en todas partes...Solo hay que saber buscarla...