Twitter es la red social que más inquieta a los capos de la tele. A la gente que toda la vida ha hecho tele y no Internet y que descubre/teme/celebra ahora (un poco todo a la vez) que podría tener que jugar con un nuevo elemento. Un nuevo intangible que se pinta en maquinitas varias lleno de arrobas y almohadillas. Creo que ya dejamos claro que la mayoría ya ha entendido su importancia.
Una nueva magia que habla otro lenguaje, el suyo. Que pasa tanto de la semántica y las reglas televisivas como de cualquier otras. Y que lo mismo te concentra a varios miles frente al congreso (#solsemueve) que convierte la ceremonia de los Óscars en un éxito total. (Os recuerdo a James Franco entrando en el escenario de la ceremonia de los Oscars con un iPhone en la mano para twittear el evento. La retransmisión consiguió un millón más de telespectadores que el año anterior).
http://twitter.com/#!/jamesfranco
El siguiente post es una primera aclaración sobre por dónde van las relaciones entre tele y twitter. El abecé. (A algunos les sabrá a poco, pero profundizaremos en sucesivas entregas)
A. Los tuiteros son gente importante. Esto es lo primero que tendría que tener claro la gente que manda en las teles a la hora de tener en cuenta la red de microbloguin. Los tuiteros ganan más dinero y tienen más estudios que los usuarios de cualquier otra red, o al menos este es lugar común entre los estudios de mercado de Estados Unidos. Resumiendo: son prescriptores. Aquí os paso un ejemplo poco sesudo.
B. Twitter sí predice audiencias. Ya se puede hablar y se habla del tuitómetro. El análisis cuantitativo de los trending topic y los hagshtags nos permiten medir la notoriedad de una serie o de un programa y además la importancia de cada uno de sus integrantes (presentador, actores, colaboradores, concursantes...) en directo, es decir, durante su emisión. El hecho de que en la decimoquinta emisión en una cadena española de la película Pretty Woman rulen los hashtags #pretywoman, #richardgere y #juliaroberts augura sin duda una buena audiencia. (Llegó al 19%). Lo mismo que sucede durante cada una de las galas de @SV2011oficial de esta edición, por poner un ejemplo cercano.
C. Los cadáveres televisivos huelen mal en twitter antes de ser enterrados. No todo lo que arrasa en twitter predice una buena audiencia. Esto es de cajón de madera para los tuiteros pero no tanto para los no iniciados. El hecho de que un contenido se convierta en Trending Topic quiere decir que todo el mundo está hablando... pero no implica que se está hablando bien. A veces un Trending Topic desvela una audiencia aburrida o enfadada. Incluso puede resultar tan divertido criticar un programa o serie en twitter que la gente lo vea un día puntual para poder entender las bromas de todo el mundo. En ese sentido, conseguiría ser Trending Topic e incluso una buena audiencia. Ahora bien, si tuviéramos que decidir sobre el futuro de un programa así, la mejor decisión sería la de retirarlo antes que auparlo por haber conseguido un buen dato y muchos tuits. Es por eso que quienes analizan audiencias y deciden en tele debieran tuitear. (Y anuncio: muy pronto veremos como tuitean los que deciden)
D. El análisis cualitativo es una cosa por la que se paga dinero. Para que me entiendan los más incrédulos: el análisis televisivo de twitter ya es un negocio. Son muchas las agencias de marketing que se ocupan de pasar informes (y los cobran bien) a cadenas de tele o productoras para que puedan saber si su contenido se está ajustando a los deseos de la audiencia. Un solo ejemplo por perezosa (podéis googlear más). Interesa. Y mucho. http://www.elogia.net/blog/
E. La próxima revolución televisiva vendrá del espectador. Igual que un buen día la literatura cambió para siempre cuando el lector cambió. Voy a marcarme un paréntesis, por si alguien quiere ahorrárselo. (Esto fue allá por el s.XIX, si me permiten el paréntesis. El lector comenzó siendo un señor o señora que se construía con los libros. Es decir, que era uno antes de leer y otro al terminar y así construía su identidad. Así se leía desde la Biblia hasta cualquier novela. Era un lector paciente que esperaba al final para ver qué había pasado y qué le había pasado. Pues bien, ese lector hoy ya no existe. Ahora el lector juzga el texto desde el principio. No espera ni dialoga con la obra. Exige y juzga desde la primera página y no aspira a ver qué le pasa al final de la lectura sino única y exclusivamente a ver qué pasa. Resumen súper más o menos de un siglo de literatura. Toma goma. Bueno, pues esto hizo que la forma de escribir cambiara.) Hoy el espectador está a punto de cambiar. Ya no se sienta frente a la tele para ver qué pasa y qué le pasa. Ahora juzga la tele, la juzga con otros y es consciente de su fuerza para decidir el éxito de sus héroes o el fracaso de sus personajes menos afines. Él va a decir qué tele quiere y cómo la quiere. La pregunta es si habrá alguien escuchando.