El mundo conoció a Santi hace 3 meses. Su madre hizo esta foto reflejo de la pasión por el futbol. Milito se despedía del Racing y allí estaba el niño de 10 años para verlo. Y si no llegaba, su inseparable muleta haría de escalera. Le sobraba una sobre la que apoyarse su amigo. Y con este gesto de amistad se ganó la foto con su ídolo pero también el mayor de los regalos. Ahí le ven con su prótesis todavía en la ortopedia. Nació con una pierna menos pero nunca fue menos que nadie porque nunca se creyó inferior. Todo un ejemplo de que los límites los pone uno mismo y si no, miren cómo al salir de la clínica deja sus fieles compañeras. Más despacio le grita su madre, porque el ciclón Santi no conoce la palabra imposible. Las veces que en su corta vida dijo 'no puedo'. Hasta salta con su pierna ortopédica. Quiere ser futbolista. Y visto lo visto, ¿alguién lo duda?